El PSOE logra pasar su enmienda antiblindajes en una agitada sesión

 

El gran protagonista de la tarde del martes fue Josep Sánchez Llibre. No hubo sorpresas. Su enmienda pedía que la propuesta antiblindajes se aplicara sólo para las empresas cotizadas. De esta manera salvaba a todas las empresas familiares que mantienen complejos acuerdos para sociales, protocolo familiar incluido. Además, la aplicación de los efectos será un año después de su publicación en el BOE. Gana Florentino, pero pierde. Porque si quiere asaltar el control de Iberdrola tendrá que esperar doce largos meses. Y son muchos meses si tienes una deuda que te come los pies.

El PSOE justifica su decisión por la democratización de las empresas y trata de eliminar los apellidos de la enmienda. Pero haberlos haylos. Por su parte, PNV se abstuvo. Ya han señalado en más de una ocasión que no están dispuestos a desvasquizar Iberdrola. Cosas del terruño. También el PP se abstuvo. ¿Por qué no rechazar? Porque la cosa queda descafeinada. Los empresarios familiares quedan tranquilos. Y la victoria de Florentino es más bien parcial. Además, la abstención sirve para satisfacer a las dos almas del PP: las que pedían con entusiasmo su adhesión, impulsadas por Aznar. Y las que reclamaban -también con entusiasmo- el rechazo de una enmienda metida de rondón y sin el debido respeto al trámite.

El asunto se ventiló en dos horas. Agitadas. Agitadísimas. Pero dos horas. Si se dieran la misma prisa para el recorte del gasto público, otro gallo nos cantaría, señalan desde el PP.