A la espera de la confirmación oficial, fuentes gubernamentales anuncian una subida del salario mínimo interprofesional del 1,5%.

Similar al del pasado año. O sea, a lo Aznar, con la inflación. Eso significa -átense los machos- que el salario mínimo pasará de 633,3 a 642,8 euros mensuales. Es decir, un subidón de 9 euros y medio cada 30 días.

Mis felicitaciones al Gobierno Zapatero por su sensibilidad social en plena crisis. Existe el peligro de que con ese dineral los pobres se den a vicios sin cuento. Por decir algo, con nueve euros en el Hotel Palace de Madrid te pueden servir un vino, más crianza que reserva, y si le pillan jocoso al camarero puede ir acompañado de un canapé, aunque no creo. Pero, ¿quién ha dicho miedo?

También existe el riesgo de que los menesterosos, al verse inundados de liquidez, se den a la especulación financiera, sin contar con la inestabilidad actual de los mercados. Por ejemplo, si se juntan 1.000 receptores del salario mínimo podrían comprar una letra del Estado, y podrían perder la mitad de su valor en unas semanas (también pueden aguantarla hasta el vencimiento, que ya se sabe que los pudientes no tienen problemas de liquidez). Da igual: el coraje zapateril es de todos conocido.

Es cierto que algunos economistas aseguran que el SMI indicia al resto de salarios, precios y subvenciones y, en consecuencia, su ascenso no debe ser tan meteórico, como el que se prepara para 2011. Pero eso no arredra al Ejecutivo: ¿Estamos en crisis? Pues apostemos por los pobres: nueve eurazos de subida.

Todo ello en un país cuyo salario medio es un 34% inferior a la media europea, donde se cobra menos de la mitad que Reino Unido y casi menos de la mitad que Alemania. Pero todo sea por la estabilidad.

La mejor medida económica de Zapatero fue la subida del Salario Mínimo cuando llegó el Gobierno. Ahora nuestro ZP se ha hecho de derechas. La izquierda la dejó en la memoria historia sobre la II República. Pero lo más grave no es eso: lo más grave es la tendencia de esta progresía de izquierdas -o de antigua izquierda- hacia el subsidio compra-votos, antes que a los salarios dignos. Luego nos quejamos de que los jóvenes no se independizan y se niegan a tener hijos. A ver si va a tener algo que ver la combinación de salarios bajos, impuestos altos y vivienda cara, que es la mejor definición de la economía española. Bueno sería que la política económica dejara de preocuparse de subsidios y comenzara a preocuparse de salarios.

Eulogio López

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