Hammerschmidt acusa al CEO, Peter Löscher, de destrozar la compañía

 

Tras las purgas por corrupción la vieja guardia de von Pierer quiere recuperar el poder. En España, tras una monumental bronca con el presidente Belil, Ismael Oliver abandona la empresa. No será el último.
Hablamos de la primera multinacional de bienes de equipos del mundo -con permiso de General Electric-, orgullo de la industria alemana pero, también, de compañía más acusada por sobornos a gobiernos. Entre 1992 y 2005, fue el histórico Heinrich von Pierer quien lideró el Grupo, pero las acusaciones de pago de sobornos le forzaron a dimitir. Fue sustituido por Peter Löscher, cuya principal dedicación consistió en enmendar toda la etapa anterior y convertir a Siemens en una multinacional limpia. Al parecer, cuando te dedicas a las grandes obras es difícil conseguir contratos sin pagar. En España, uno de los países donde más contratos obtiene el entramado, los directivos de Siemens fueron condenados por financiar al PSOE con las obras de RENFE.

En cualquier caso, Löscher ha reducido el perímetro de la compañía y la relevancia internacional de Siemens, lo que ha envalentonado a la vieja guardia. Así, uno de los hombres ligados a von Pierer, antiguo responsable de telefonía, Hammerschmidt ha enarbolado la bandera: acusa a Löscher de hundir la compañía y la vieja guardia, la que ha quedado, quiere echarle.

En España, Löscher cambió al español con más experiencia de la compañía, Eduardo Montes, por Francisco Belil. La guerra civil en Siemens ha llegado a la filial española. Hispanidad adelantó el despido de un veterano, Juan Carlos Lorenzo, con el que comenzaba la caza de brujas, precisamente cuando la empresa volvía a la calma, cuatro años después del cambio.

Pero la caza continúa: ahora el despedido es Ismael Oliver, el responsable jurídico, hombre clave en el organigrama, que abandona la empresas tras una bronca monumental con Belil. Y ojo, porque el reto del equipo directivo también ve peligrar su puesto, dado que Belil, fidelísimo a Löscher, está dispuesto a hacer tabla rasa. Incluso su previsto sucesor, Pascual de Dios, podría ser despedido. Y a él pueden unirse Miguel Ángel Santos y Julio Vega.

Toda una revolución: en Munich y en Madrid.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com