• Asegura que "le hubiera" gustado participar en algún mitin con Cañete.
  • Y el peligro de ruptura en el PP es doble, por la pugna entre 'marianistas' y 'sorayos'.  
  • Y eso, tras la publicación de encuestas (El País y ABC) donde la ventaja ente el PSOE y el PP se reduce a mínimos.
  • Con Rato y Esperanza Aguirre fuera de juego, el aznarismo cae en picado.
  • Y la ruptura se ha escenificado en El Mundo, el único periódico que continúa apoyando al aznarismo.
  • El próximo paso podría consistir en la salida de Aznar de la Fundación FAES.

Mariano Rajoy y José María Aznar (en la imagen) ni se hablan. El distanciamiento entre presidente y ex presidente se ha convertido en enfrentamiento.

A la hora del almuerzo, este lunes, Aznar aseguraba que le "hubiera" gustado participar en la campaña para las elecciones europeas, junto a Cañete.

Lo cierto es que el aznarismo está olvidado tanto en el Partido Popular como en el Gobierno. Rodrigo Rato sigue encausado por Bankia y Esperanza Aguirre, disminuida por sus problemas de tráfico.

Encima, la primera noticia sobre el singular detalle de que Aznar no participe en las campañas europeas (Rajoy aún puede dar marcha atrás) se escenificó en El Mundo, el único diario que aún defiende la herencia del Aznar. De hecho, Aznar, mal que bien, siempre se entendió con Pedro J. Ramírez.

Las diferencias entre Aznar y Rajoy han sido y son personales. Aznar le considera un ingrato que se ha olvidado de que fue él quien le nombró sucesor, en detrimento de Rato. Por otra parte, lo personal ha evolucionado hacia lo ideológico, y así, Rajoy decidió no contar para nada con el ex presidente desde el día en que criticó aquello de lo que más orgulloso se siente: su política económica. Cuando Aznar exigió una bajada de impuestos, el gallego cerró la etapa aznarista para siempre jamás.

Y todo ello en víspera de las dos encuestas de El País y ABC que reducen la distancia entre PP y PSOE para las europeas al mínimo y que ha dado alas a los comunistas de Cayo Lara y a los jacobinos de Rosa Díez.

Ahora Rajoy debe elegir: o recuperar a Aznar como instrumento electoral, a pesar del reto del presidente, o prescindir de él y llegar a la última etapa del aznarismo: que el actual PP tome FAES, el centro de ideas del PP que dirige José María Aznar.

Pero el divorcio Aznar-Rajoy no es el único peligro de ruptura del PP, donde hasta ahora reinaba Rajoy sin oposición alguna. El Gobierno se ha roto entre marianistas y 'sorayos'. Éstos últimos, capitaneados por la vicerpesidenta del Gobierno, Sáenz de Santamaría, achacan al marianismo los casos de corrupción que han mermado al partido. Lo 'sorayos' son Fátima Báñez, Cristóbal Montoro y Álvaro Nadal, mientras los marianistas -Soria, Pastor, Margallo y Fernández y Cospedal- recuerdan las mateduras de pata de Soraya, por ejemplo con el Duopolio, y acusan a la vicepresidenta de estar más pendiente de su camino hacia la Presidencia que de la imagen del Gobierno. En la recta final de la legislatura, por vez primera, Rajoy escucha tambores de guerra... internos. Por el momento, don mariano ningunea a José María Aznar y a Soraya le ha arrebatado el control del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com