Mientras, el Gobierno no apoya la oposición democrática y sólo intenta hacerse perdonar por Chávez

No una vez, sino reiteradamente, y ante la cita con las urnas del próximo 2 de diciembre, los obispos venezolanos han vuelto a decir no al proyecto de reforma constitucional del dictador Hugo Chávez. En el texto completo los obispos dejan claro que lo que pretende el financiador del populismo iberoamericano no es otra cosa que legitimar su permanencia identidad en el poder.

La Iglesia es, para los venezolanos, la autoridad moral, pacífica, más importante del país.

Mientras, al comunidad internacional permanece muda ante el referendo del día 2, a pesar de que en los planes del tirano representa un punto de no retorno. Y más mudo que nadie permanece el Gobierno español que en lugar de apoyar a la oposición democrática trata por todos los medios de hacerse perdonar por el tirano, quien insiste en que el Monarca español debe pedirles disculpas por el famoso "¿Por qué no te callas?" de la Cumbre de Chile.

El manual diplomático de lucha contra las dictaduras desde el exterior, confiere a la palabra el papel principal, pero el Gobierno español no sólo no ha reprochado los modos autocráticos de Chávez, sino que incluso le ha defendido, al tiempo que no ha dado pábulo a la oposición democrática al chavismo para no molestar al dictador.

Este, por el momento, no ha respondido contra empresas extranjeras, aunque ha codiciado los contratos con Repsol: antes las explotaciones eran un 100 por 100 de la compañía española, ahora se ha pasado a un 50/50.