Y así exigen a España lo que no se exigen ni a sí mismos

 

No es que Zapatero haya hecho los deberes. No es que haya logrado reconciliarse con el mundo. Sarkozy le llegó a llamar gilipollas. No. No es eso. Lo que pasa es que los acreedores saben que el enfermo no quiere tomarse la medicación. Y tampoco quieren forzarle para que no se les muera. Ni siquiera apuestan por un relevo porque saben que la subrogación de la deuda puede llevar a su reestructuración. Y los acreedores quieren cobrar. Así de sencillo. Esta es la clave de la pasada por el lomo de hace unos días de Obama, Merkel y Strauss Kahn, de su apoyo al presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero.

Y así, exigen a España lo que no se exigen ni a sí mismos ni exigen a otros países mucho más endeudados, como el Reino Unido.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com