Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz, propietarios de Viajes Marsans han demostrado que gestionar se les da bastante mal, pero son geniales a la hora de comprar y vender. Es decir, que más que empresarios son financieros. Así, le han colocado el touroperador y gestor de cruceros marítimos Pullmantur a la mayor empresa del mundo en el ramo, la norteamericana Royal Caribbean, por 700 millones de euros (de los cuales 230 son deuda asumida). No está nada mal para una empresa que en su último ejercicio perdió un millón de euros (aunque Deloitte eleva las pérdidas reales hasta los 4 millones de euros).

No sólo eso, sino que, al igual que hicieron con la venta de Hispanair a la aerolínea sueca SAS, venden una empresa en pérdidas, obtienen un buen pellizco y, encima, se quedan como gerentes de la empresa vendida. Tanto Pascual como Díaz con vicepresidentes de la CEOE y Díaz, además, preside la patronal madrileña CEIM y la Cámara de Comercio de la Capital de España. Ambos compraron Marsans, una empresa del estado español, actual matriz de su imperio por una peseta. Lo mismo hicieron con Aerolíneas Argentinas, que adquirieron a la SEPI por una peseta, con el pequeño añadido de que en esta ocasión, además, recibieron 758 millones de euros del Gobierno español para reflotar la compañía de bandera argentina.

Y, hablando de Aerolíneas, a pesar de que los gobiernos Kirchner y Zapatero parecieron llegar a un acuerdo la pasada primavera para solucionar el asunto aerolíneas, por ahora no se ha hecho nada. El acuerdo consistía en que la Casa Rosada levantara las impugnaciones sobre las cuentas de Aerolíneas y que el propio Gobierno Kirchner entrara en el accionariado de la compañía. Pues bien, al ejecutivo de Buenos Aires se le acaba la paciencia y ahora amenaza con nacionalizar Aerolíneas, alegando que esta compañía ejerce un práctico monopolio sobre el negocio del cabotaje, vital en un país tan extenso como Argentina.