Goldman Sachs y JP Morgan vuelven a los beneficios a los grandes bonus y la especulación rampante, tras haberse forrado con dinero público y con un escasísimo coste para los especuladores con la excepción de Madoff- que han propiciado el desastre. Para muchos, empezando por el New York Times, cuya profundidad corre pareja a la evolución de su balance, lo que es bueno para Wall Street es bueno para la economía real y para todo el mundo.

Lo cual es falso, claro está. Es la economía financiera, y sobre todo los bancos de inversión, quienes sangran a las empresas. Nunca les ayudan pero sí pueden fastidiarles mucho porque lo único que sabe hacer el especulador es crear burbujas. Ahora bien, cundo la burbuja estalla le golpea a la empresa de economía real en todos los morros. ¿Qué es una empresa de economía real? Aquélla que produce un bien o un servicio; ¿qué es una empresa financiera? Aquélla que vende dos cosas: tiempo y acumulación de fondos.

Por eso, las primeras instituciones que están saliendo de la crisis son las que la provocaron. Porque, mientras Goldman y Morgan presumen de beneficio, las empresas de la economía real presentan en todo Occidente beneficios a la baja, si no pérdidas, mientras se baten marcas de impagos y de pymes clausuradas.

No, la crisis no ha terminado porque Morgan y Goldman entren en beneficios y sus directivos vuelvan a forrarse el riñón. Eso, lo único que presagia es que la segunda crisis financiera está al caer.

Es lógico. La primera llegó por exceso de especulación y de apalancamiento. No se ha puesto coto ni a la especulación ni al apalancamiento, ergo

Eulogio López

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