• A la celebración seguirán las investigaciones del 'caso Pujol' (y del sólo intuido 'caso Mas') o de las comisiones del 3% y un "disparate" creciente de ERC.
  • El president, mientras, da por segura la victoria del sí en Escocia, que allanará el camino a Cataluña.
  • Como si fuera una pitonisa, aventura una "rápida negociación entre Edimburgo, Londres y Bruselas para mantener a Escocia en la UE".
  • La 'número dos' de Mas, Joana Ortega, también se descuelga de la concentración soberanista en forma de 'V'.
  • Entre la Diada y el 9-N, los pasos son el Debate de Política General (15 a 17), la Ley de Consultas (el 19) y la comparecencia de Jordi Pujol (el 22).
  • El tablero ya apunta a dos bandos: CiU, ERC y ICV frente al PSC, Ciudadanos y PP.
  • La Sociedad Civil Catalana hace un llamamiento a la "unidad y la concordia", que secunda Chacón "para reivindicar que la 'senyera' es de todos".

La Diada arranca hoy miércoles a las ocho y media, con un día de antelación, en Barcelona. Será en el Fossar de les Moreres y la Casa Llotja de Mar, lugares emblemáticos para el nacionalismo catalán. Ahí reposan los restos de los soldados muertos hace 300 años durante el asedio de Barcelona en la Guerra de Secesión. Han sido los sitios elegidos para comenzar los actos institucionales de una fecha tan señalada. Antes, esos actos tenían lugar en el parque de la Ciudadela y el mismo día 11. Pero la misma fecha, el 11-S, tan señalada, marca también el comienzo de un declive, el de Convergència i Unió (CiU), que afronta un futuro tan gris como el que ha provocado con su desafío soberanista con su 9-N.

Pocas dudas quedan después del "dispararte" de Esquerra -en palabras del dirigente del PSC Miquel Iceta- llamando a la desobediencia civil como si fuera un Luther King y viviéramos en la América de la segregación racial. Por mucho menos se fue el Plan Ibarretxe a freír buñuelos y eso que fue con 'su verdad' por delante y la defendió ante el Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional.

Después de la Diada llegarán las investigaciones del 'caso Pujol' del nunca confirmado ni lo contrario 'caso Mas', las comisiones del 3% para la 'construcción' de Cataluña, la mayor deriva todavía de ERC, la consecuencia de los puentes rotos con Moncloa y las impugnaciones al Tribunal Constitucional por la imposible legalidad de un referéndum ilegal. Demasiada presión para Artur Mas.

A falta de peras buenas son tortas. El president Mas declara hoy miércoles a Financial Times que la victoria del 'sí' en el referéndum de Escocia allanaría el camino para la independencia de Cataluña. Adelantándose al resultado, que será sí o no, aunque dejará sin resolver el problema de una sociedad fragmentada al 50%, dice que "las negociaciones comenzarán muy rápido entre Edimburgo, Londres y Bruselas para mantener a Escocia en la UE". Y la 'número dos' de Mas, Joana Ortega, ha dado a conocer que no estará -Duran i Lleida ya aclaró que tampoco- en la concentración de mañana en forma de 'V' (léase marcha soberanista) convocada por Acción Nacional Catalana, aunque se hará foto después cuando Mas reciba a los organizadores.

Del 11-S al 9-N pasarán prácticamente dos meses con un punto de inflexión: el 19 de septiembre, fecha en que el Parlamento de Cataluña aprobará con toda probabilidad la Ley de Consultas no refrendarias. CiU, ERC, PSC, ICV-EUiA y la CUP han registrado este miércoles la petición de celebrar con ese fin un pleno extraordinario. Ese pleno llegará en la misma semana en que la Cámara celebrará el Debate de Política General (15, 16 y 17) y unos días antes de que comparezca Jordi Pujol para explicar su 'pufo fiscal'.

En el debate de la Ley de Consultas se vislumbrará ya que CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP van por un lado, y el PSC, Ciudadanos y PP, por otro. Ese pulso, a escala nacional es mucho más gordo: el Gobierno y el PSOE dice que no se puede convocar un referéndum ilegal con trucos como si se tratara de una encuesta de vecinos y tendrán el aval del Tribunal Constitucional para impedir la consulta.

¿Qué tenemos hoy, además Aparte de muchas declaraciones, el llamamiento, por un lado, de Sociedad Civil Catalana (SCC) a la "unidad y la concordia" para evitar un enfrentamiento durante la Diada. Joaquim Coll, vicepresidente primero de esta asociación, a la que los medios han dado más eco que nunca, ha dicho que "rendir homenaje a los muertos de aquella guerra no es rechazable, pero sí lo es el tono excluyente del discurso y la celebración" (se margina a los catalanes que apoyaron a Felipe V).

Por cierto, la ex ministra de Defensa Carme Chacón ha anunciado que acudirá al acto de SCC en Tarragona "para reivindicar que la 'senyera' es de todos" y porque quiere aportar algo para "romper la espiral del silencio a la que ha jugado el nacionalismo catalán".

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com