Sr. Director:

Gran parte del tiempo de los personajes públicos -políticos, artistas, sindicalistas, comunicadores,  intelectuales, ...- lo dedican, y hacen bien, a condenar injusticias sociales. Injusticias como la violencia de género, los abusos sexuales, el analfabetismo, la pobreza, el terrorismo, la discriminación por motivo de sexo,... Pero, a la vista de que todos cometemos injusticias, de mayor o menor envergadura, en los diferentes ámbitos donde nos movemos, los personajes públicos deberían reconocer, con mas frecuencia, sus propias injusticias, a modo de condena de lo que les parece injusto en otros, mediante sus autocondenas.

Deberían, como referentes sociales, hablar de cómo se esfuerzan en no caer en un trato de favoritismo con algunas personas, en cómo cumplen con sus deberes públicos, de cómo a veces han juzgado mal los hechos. Sino, lo que hacen, lo puede hacer cualquiera porque no exige compromiso de querer cambiar las injusticias sociales.

Álvaro Gil 

AGil@tajamar.es