En estas fechas la prensa habla de operaciones corporativas que nunca se producen. Mientras, la CNMV, calladita. Cuando vence el trimestre, ACS busca revalorizar su 6,9% de la empresa que preside Galán. Los ingresos de Fenosa se dejarán notar ya el 30 de septiembre. El último rumor habla de la italiana ENEL, que es la empresa que jamás podría adquirir Iberdrola por razones de competencia. E.ON es la única posible pero entonces el mejor aliado de Galán sería ZP, pues él y Merkel se aborrecen

Ocurre cuando va a vencer cada trimestre y hay que presentar las cuentas. Rumores de fuentes naturalmente desconocidas que hablan de una operación corporativa sobre Iberdrola, otra a EDF otra atribuida a ENEL. Con la primera ya se encontraron con un desmentido rapidísimo de los franceses. ¿ENEL? Pero hombre si ENEL es Endesa en España. Ni a ZP se le ocurriría otorgarle el 80% del sector eléctrico a una sola compañía que es un departamento del Gobierno italiano.

Eso sí, la CNMV, regulador de los mercados españoles, a pesar de que los rumores se repiten con monótona languidez, no ha llamado a capítulo a los afectados, por ejemplo, a ACS.

Porque claro, resulta extraño que justo cuando ACS debe olvidarse de los ingresos de Fenosa (este año tendrá unos resultados estupendos, pero no recurrentes) surjan los rumores sobre la eléctrica, rumores que aceleran la cotización y que afectan al pequeño accionista.

Además, es curioso que si ACS pretende hacerse con el control de Iberdrola, o al menos entrar en su Consejo, no haya acudido a la reciente ampliación de capital y haya pasado de una participación del 7,2 a otra del 6,9. Participación de la que los hermanos March, primeros accionistas de ACS, se desprenderán con mucho gusto si no estuviera en pérdidas.

La única empresa que hoy podría plantearse la compra de Iberdrola es la alemana E.ON y ahí si que Galán se encontraría con el apoyo de Moncloa, porque Zapatero y la reelegida Merkel, sencillamente se aborrecen.