La estrategia de Eusko Alkartasuna para hacerse con el electorado de la izquierda abertzale se lleva desarrollando desde hace tiempo. Desde hace meses pagan una doble publicidad en el Gara. El Día de la Patria Vasca desfilaron conjuntamente. Y ahora pretenden una especie de pacto de Lizarra pero sin el PNV. Un polo soberanista que sigue haciendo equidistancias con ETA. Primero se habla del Estado vasco sin mencionarla. Luego se dice que se condenarían los atentados. Pero siempre en un doble mensaje que pueda lugar a interpretaciones.
Parece clara la estrategia. La que no está clara es la del Gobierno. Hace meses anunciaron una serie de medidas para evitar que una marca blanca de Batasuna pudiera concurrir a las elecciones. De momento se sigue sin tramitar. Algo pasa. Lo que pasa es que junto a los gestos con Usabiaga, Otegui e Iñaki de Rentaría, da toda la sensación de que Eguiguren no está tan desautorizado como parece. Estamos -como dice Mayor Oreja- en la antesala de la segunda parte del proceso de negociación. ¿La prueba del algodón? Las elecciones municipales el 2011.
Ahora Caamaño advierte que quien no apoyan la democracia podría ser excluídos. Está bien. Pero la parálisis del gobierno está ahí. Obras son amores
Andrés Velázquez
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