Están muy preocupados los periodistas catalanistas con la posible negativa de ERC al Estatut. Se rompería el consenso. Y cuando este periódico les hace bromas con que podrían compartir el slogan con el PP no les termina de sentar bien.

Pero queremos darles una buena noticia. ERC no votará no. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que los 200 altos cargos del partido no están dispuestos a dejar de serlo. Han descubierto que existen restaurantes de más de 12 euros, que además del taxi, existe el coche oficial y que la langosta es un animal que se come, señalan con sorna en Cataluña.

Es verdad que su base les acusa de traidores. Pero tragarán. La moqueta es la moqueta. Ayer decían que sin el Prat no garantizaban el si, ahora dicen que se lo pensarán. O sea, que tratarán de llorar todo lo posible, pero finalmente pasarán por el aro. Al tiempo. Saben que si dicen que no, provocan la ruptura del pacto del Tinell y fuerza la convocatoria de elecciones generales. Según las encuestas subirán en intención electoral, pero ya no volverán a formar gobierno. Y eso sí que no. La presión de los colocados ganará sobre las bases puristas y ortodoxas. Doble contra sencillo.