Los populares llevan amagando desde hace tiempo. Pero nunca se habían manifestado tan claros. Ahora ya formalizan sus peticiones sobre la gripe A. Quizás porque la cifra de muertes se está acelerando. Quizás porque el pánico se ha extendido entre la población. A lo mejor porque está cercano el comienzo de curso. El caso es que el tono se ha elevado en los últimos días.
Los populares piden que se vacune a la mayoría de la población, no al 40% como se ha propuesto desde el gobierno. Las profesoras embarazadas piden estar vacunadas antes de que comiencen las clases. Y los policías nacionales señalan que patrullar las calles es ahora más peligroso que antes. Y así, suma y sigue.
Además, los populares piden que el Tamiflú regrese a las farmacias para que todos los ciudadanos tengan un acceso fácil al medicamento. Casualidades de la vida, el gobierno quiere que las adolescentes puedan acceder a la PDD sin más complicaciones desde una oficina de farmacia, pero teme que se produzca una crisis de abastecimiento si el Tamiflú se encuentra en las farmacias. Paradojas. Por último, por supuesto los populares reclaman la comparecencia de la ministra de Sanidad en el Congreso. Ya lo hizo antes del verano, pero quieren someterla a otro tercer grado. Muchos son los rumores, pero el principal es que España será banco de pruebas de la nueva vacuna. Casi nada al aparato.
