Ya les hemos oído, les hemos escuchado; el alto comisionado se reunió con ellos hace dos días, señalaba la vicepresidenta del Gobierno Mª Teresa Fernández de la Vega. O sea, que no. No va a haber cambios. Ni siquiera gestos de cariño con la AVT. Ni siquiera aunque la manifestación congregue un millón de personas como prevén los convocantes. No, es la respuesta tajante de la ministra portavoz a la pregunta de si asistiría algún miembro del gobierno a la manifestación aunque fuera a título personal.

La actitud cerrada contrasta con la filosofía manifestada por el PSOE ante las manifestaciones ciudadanas: Hay que escuchar la voz del pueblo. Ahora, según esta filosofía, apunta De la Vega, se ha escuchado la voz de la AVT incluso antes de que se manifiesten. ¡Qué detalle! Además, ¿para qué nos vamos a reunir si ya sabemos lo que van a decir?, se pregunta De la Vega. Eso es tolerancia. Eso sí, respetamos y apoyamos a las víctimas. ¿Cómo? Es la permanente asimetría de la izquierda. Cuando interesa se coloca detrás de la pancarta y exige que se oiga la voz del pueblo (caso Iraq). Cuando no interesa, se coloca en la bancada parlamentaria y pide respeto a la voz de las urnas. ¿A qué es genial?

Además, De la Vega argumenta que la manifestación del 4-J no es la voz de la ciudadanía e insiste en que la voz de las víctimas también son plurales, aunque al menos reconoce que la mayoría está en contra del proceso de negociación abierto por el gobierno. De la Vega se agarra a la buena relación existente entre el ex presidente y ex portavoz de la AVT, los hermanos Portero, con el alto comisionado para las víctimas. Por eso dice no todos...

Por otra parte, De la Vega no ha querido hacer valoraciones sobre la petición de dimisión de Peces-Barba formulada por Mariano Rajoy: No voy a hacer valoraciones. Y ya puestos tampoco quiso valorar las declaraciones del Secretario general del PP, Ángel Acebes en el que señalaba que si ocurría algo en la manifestación del 4-J, el único responsable sería el Gobierno. Trascurrirá con normalidad y de manera pacífica. Pido un poco de responsabilidad, señala De la Vega.