Sr. Director:
He recibido y leído su análisis sobre la muerte de Néstor Kirchner. Como argentino y productor ganadero que soy  no puedo menos que coincidir con todo lo que Ud. expresa.

 

Y podría agregarle algunas cosas más como ser el desprecio que siempre tuvo hacia la gente de campo... su total desinterés durante la última dictadura militar a todo lo que tuviera que ver con los derechos humanos... el apoyo pecuniario a fuerzas de choque para amedrentar a los contrarios a su Gobierno (léase el propio y el de su esposa)... la mentira como herramienta para gobernar...la compra con dineros públicos de voluntades... el desprecio a todos los gobiernos que no fueran afines a su signo ideológico...

Sí creo que el actual presidente va a completar su mandato quiéralo o no... Cuando termine el duelo pasará, con el correr de los días y semanas, a ser rehén del aparato peronista (político y gremial) ya que su salida daría por tierra con los negociados que día a día van enriqueciendo sus arcas.

También creo que dentro del Frente Para la Victoria empezará a haber fuertes discusiones y divisiones que se acrecentaran a medida que pase el tiempo y harán eclosión luego de las próximas elecciones si pierden.

El gran problema para mi país pasa y pasará a no dudarlo por el extraordinario poder que tiene la CGT particularmente su secretario general, Hugo Moyano.

La oposición sigue, lamentablemente, siendo una "bolsa de gatos" donde los personalismos y egos campean a mas no poder.

La Argentina creció durante estos años a pesar de Kirchner no gracias a su política. "El viento de cola" con una fuerte revalorización de los comodities fue la clave para este crecimiento.

A pesar de todo ello, nuestra moneda -el peso- no es aceptado en ningún país... no tiene valor real.

La ganadería, mi especialidad, se encuentra pasando un momento histórico realmente lamentable. La revalorización de la hacienda es consecuencia directa de un faenamiento de madres (vacas y terneras) como nunca se había visto en nuestra historia. Perdimos en pocos años alrededor de tres millones de cabezas.

Alberto José Bondesío