El 25% restante proviene de la aportación voluntaria de los fieles en el IRPF 

 

El domingo 13 de noviembre se celebra el 'Día de la Iglesia Diocesana' en España. Es una buena ocasión para recordar los beneficios que la Iglesia promueve en la sociedad y cómo se financia, pues, como cualquier organización, tiene y atiende necesidades materiales que tienen un valor económico.

Por la Iglesia, el Dios del Amor, visible en Jesucristo, se acerca a las personas que lo desean para acompañarles y dar un sentido a los acontecimientos más importantes de su vida, como los momentos felices (matrimonio, bautismo, confirmación) y también en los dolorosos (pecado, enfermedad, muerte).

La Iglesia, además, brinda a la sociedad valores permanentes que nos ayudan a crecer como personas y mejoran la convivencia entre los hombres: fe, defensa de los derechos humanos, fraternidad, dignidad de la persona, solidaridad, perdón, superación, esfuerzo, etc; y contribuye al desarrollo cultural y educativo con múltiples iniciativas y centros de educación y enseñanza.

Y la Iglesia, por supuesto, ayuda a los más necesitados de la sociedad: sin techo, familias rotas y desestructuradas, inmigrantes, ancianos, enfermos, etc.

Estas actividades son realizadas en su mayoría por personas que entregan su vida a los demás. Los sacerdotes y los agentes de pastoral, que están al servicio de la comunidad cristiana, desempeñan una labor discreta y muchas veces ignorada que construye el bien común de la sociedad. Esto es importante recordarlo ya que hay gente que sólo se acuerda de los sacerdotes que han escandalizado con sus acciones (que por supuesto que lo hay, pero son minoría).   

Además, los misioneros de la Iglesia Católica, repartidos por todo el mundo, predican el Evangelio de Jesucristo. Es precisamente la experiencia del Amor de Dios, que viven y predican, la que les lleva a reconocer en el prójimo el rostro de Cristo, de manera particular en los más necesitados.

A menudo reconocemos el testimonio heroico de misioneros que mantienen su compromiso con hombres y mujeres de zonas que viven situaciones de guerra y extrema dificultad: hambrunas, persecuciones, etc. y que, en ocasiones, ponen en peligro su vida por llevar a cabo su misión.

Para todo ello, la Iglesia necesita recursos económicos. En la web 'Por tantos' se especifica de dónde proceden: el 75% de los fondos provienen de aportaciones directas de los fieles mediante colectas, donativos, legados, herencias, etc; aunque la suscripción periódica (mensual o semestral) es el modelo más deseable.

El restante 25% proviene de la Asignación Tributaria por la que la Iglesia recibe del Estado el 0,7% de la cuota íntegra de los contribuyentes que manifiesten su deseo de que ese porcentaje de sus impuestos se destine a la Iglesia Católica.

En la web 'Por tantos' pueden verse también las cifras de la labor de la Iglesia en España.

José Ángel Gutiérrez

joseangel@hispanidad.com