Todo el sector bancario está pendiente de la culminación del Caso Banco de Valladolid. Como es sabido, el juez Joaquín Ebile decidió imponer al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD, organismo del Banco de España, financiado con dinero público y con aportaciones de los bancos, y dedicado a cubrir los fondos de los depositantes en caso de quiebra bancaria) el pago de 1.121 millones de euros en concepto de indemnización para Domingo López, antiguo propietario del Banco de Valladolid. Es decir, que te hacen multimillonario por haber llevado un banco a la quiebra.

Una indemnización de esa cuantía no sólo es desconocida hasta el momento, sino que casi terminaría con las reservas del Fondo, que ahora mismo se sitúa en los 1.500 millones de euros.

Y lo malo es que se trata de una sentencia firme. El lunes 7 vencía el plazo dado al FGD para pagar, y el Banco de España ha planteado el más duro escrito de oposición (tanto contra Domingo López como contra el juez Ebile) que se recuerda en el organismo supervisor. Así, dirigiéndose al propio juez, y en referencia al cálculo y los motivos utilizados para alcanzar la precitada y portentosa cifra, los juristas del Banco de España llegan a afirmar lo siguiente: Pero siendo lo anterior sorprendente, más lo es todavía que el Juzgado haya accedido a este despacho de ejecución, como si la cantidad que figura en el dictamen estuviera respaldada por una resolución judicial, pues llega a afirmarse en el auto despachando ejecución que la cantidad es determinada y líquida. Con todos los respetos, díganos Sr. Juez, ¿en qué procedimiento judicial o incidente contradictorio ha sido efectuada tal determinación y liquidez de los intereses? Todo esto no es más que una pura fantasía, propia de una persona con ánimo de conseguir publicidad y primeras páginas periodísticas, que actúa en todo momento con la impunidad propia del insolvente formal y que, por ignorados y ocultos presagios, se presenta como una de las personas más acaudaladas de España.

Por su parte, el Fondo de Garantía de Depósitos advierte del escuálido estado en que quedan las arcas de la UVI bancaria y de la posibilidad de que el caso Banco de Valladolid siente precedente (Comunicado del FGD).