Interesante la carta que hace llegar a Hispanidad, Santiago Macías, Vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, entidad tan querida por la Vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. La almendra de la misiva es que Benedicto XVI debería aprovechar su visita a España para pedir perdón por los republicanos fusilados por la Guerra Civil Española y el argumento de Don Santiago es irrefutable: sí, de acuerdo, los curas no mataron a nadie durante la Segunda República, la Guerra Civil y el franquismo, pero, atención, atención, sí podían haber evitado alguno de esos fusilamientos. Por el contrario, los casi siete mil sacerdotes y religiosas asesinados por los milicianos republicanos, por no contar los laicos fusilados por el simple hecho de ser católicos, que son muchos más, no merecen esfuerzo nemotécnico alguno, porque, ajajá fueron asesinados en un régimen democrático y no por los fascistas del bando nacional. Convendrán conmigo en que no se puede comparar un asesinato democrático con otro fascista. Para ser exactos, los republicanos asesinaron a 13 obispos, 4.184 sacerdotes seculares, 2.365 frailes y 283 religiosas. En definitiva los de la memoria histórica asesinaron a 1 de cada 7 sacerdotes y a 1 de cada 5 frailes. Teniendo en cuenta que sólo mataban en la zona republicana, el porcentaje de eficiencia resultó muy elevado.

Pero por muy brillante que resulte este argumento, no lo achaquen al espíritu revanchista de una asociación y de un Gobierno que pretende convertir el Valle de los Caídos en un museo sin reparar que están enterrados combatientes de ambos bandos. No señor, muy al contrario los silogismos de la asociación son los mismos que los utilizados por Don José Borrel, presidente del Parlamento Europeo y por el grupo socialista de la Eurocámara y por el mismo portavoz del llamado grupo democristiano, Hans-Gert Poettering. El amigo Poettering es todo un centrorreformista, así que cuando un diputado polaco de la liga de las familias pretendió aclarar que el franquismo no hubiera recibido el apoyo popular si la muy democrática Segunda República Española no se hubiese dedicado a asesinar cristianos, el líder democristiano afirmó que había hablado el espíritu de Franco. Como he tenido la oportunidad de tratar mucho a Don José Borrel, creo que hasta demasiado, y sé que su principal característica es su obsesión anticatólica, supongo que el flamante presidente se sentiría muy complacido al escuchar al líder democristiano la siguiente insensatez como católico defiendo la libertad y el estado de derecho. Los que apoyan los regímenes totalitarios no están en condiciones de defender nuestros ideales, es decir lo mismito que Don Santiago Macías: los crímenes de los milicianos republicanos (cuyo objetivo era imponer el leninismo y acabar con la democracia) no son condenables porque fueron perpetrados en el marco de un régimen democrático. Y claro, no es lo mismo. Por el contrario Benedicto XVI debería pedir perdón porque los curas no hicieron suficiente para que los franquistas no fusilaran a los republicanos. Con este sistema argumental podemos llegar muy lejos.

Eulogio López