La Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha (CCM), única entidad financiera española intervenida hasta el día de hoy, representa un modelo de corrupción legal e institucional muy cuajado.

A estas alturas del partido, ya podemos dibujar con exactitud ese modelo. La cosa consiste en lo siguiente. Nombras presidente de la caja de ahorros de la zona a uno de los tuyos, por ejemplo a un ex alto cargo. Verbigracia, al ex portavoz parlamentario de Economía del PSOE, Juan Pedro Hernández Moltó.

A continuación, el equipo directivo de éste se dedica a prestar dinero a promotores inmobiliarios. Estos promotores obtienen bonitas recalificaciones de terreno, tanto autonómicas como municipales y, a cambio, ponen en marcha, o compran, medios informativos regionales que, por pura casualidad, apoyan al político que nombró a su prestamista. Todo muy legal, oiga usted. Y el círculo se cierra.

Porque vamos a ver: ¿qué pinta una caja de ahorros financiando el aeropuerto de Ciudad Real? Bueno, sí que hace algo, lo que hace es hundirse. 

El esquema se ha repetido en Castilla-León, en Cataluña, en Andalucía y en otras comunidades, tanto del PSOE como del PP. Es el esquema de los promotores Díaz de Mera, de Ulibarri, Méndez Pozo, etc., etc.

Y todo ello realizado con una serie de parientes ideológicos o de parientes ayunos de cualquier otro ideario que no sea el dinero. Porque claro, Moltó fue nombrado por José Bono y en las andanzas de Caja de Castilla-La Mancha, la CCM, andaba metida la socialista Petra Mateos, otra bonista, o el menos socialista Ignacio López del Hierro, esposo de la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal.

Naturalmente, el PP no se ha metido ni con Moltó, ni con Petra Mateos, ni con Bono, ni con nadie, a costa de la CCM. De hecho, apenas ha criticado la quiebra de la entidad.

Lo del esposo de la señora Cospedal, López del Hierro, tiene interés extra, porque, encima, es un comisionista experto, que tanto ha conseguido en casos como los de Gecina o Metrovacesa.

La pregunta es: ¿Todo esto tiene que ver con la presunta necesidad de convertir a las cajas de ahorros en bancos? Naturalmente que no. Estas cosas también pasan en los bancos, en las sociedades anónimas, sólo que aquí la corrupción legal, insisto, muy legal, se hace a lo grande. Por ejemplo, Emilio Botín ha salvado a los Polanco en PRISA, porque así se lo ha exigido el Gobierno Zapatero, ha salvado al presidente de la gran patronal, Gerardo Díaz Ferrán en Marsans, a Rafael Santamaría en Reyal Urbis y a Florentino en sus pelotazos con Dragados y Fenosa o en su pugna pre-pelotazo con Iberdrola.

Y, pese a los corruptos muy legales, les deseo un día muy alegre. Alguien pretende forrarse con las cajas de ahorros.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com