El expresidente Donald Trump fue imputado hace apenas unos días por la fiscalía de la muy progresista ciudad de Nueva York para investigar si presuntamente sobornó a la actriz porno, Stephanie Clifford, conocida como Stormy Daniels, con la que presuntamente mantuvo relaciones sexuales hace casi dos décadas. Trump aseguró que este escándalo se revolvería contra Joe Biden, y parece que así ha sido: disparando sus índices de popularidad y la recaudación de su campaña... tras ser imputado. 

Ahora, el expresidente recibe apoyos de las personas menos esperadas, entre ellos, el exgobernador demócrata de Illinois, Rod Blagojevich, quien precisamente fue condenado hace unos años. Blagojevich ha hablado a favor de Trump durante una aparición el martes por la mañana en FOX News, denunciando la especial gravedad de la situación de la democracia estadounidense: “Creo que esto es el apocalipsis de nuestra democracia. Le están haciendo a un presidente republicano a un nivel mucho más elevado lo que me hicieron a mí, un gobernador demócrata. Yo fui a prisión por cosas que no son delitos, ahora están acusando a Trump de cosas que no son delitos”.

Kevin McCarthy, presidente del congreso: "Alvin Bragg ha dañado irremediablemente a nuestro país en un intento de interferir en nuestra elección presidencial. Mientras libera habitualmente a criminales violentos para aterrorizar al público, ha utilizado nuestro sagrado sistema de justicia como arma contra el presidente Donald Trump"

Ha cuestionado la labor del fiscal de distrito de Nueva York, Alvin Bragg, quien, por cierto, es miembro del Partido Demócrata y en las elecciones para su cargo prometió que acusaría al expresidente: “Una cosa positiva que puedo decir sobre el fiscal Alvin Bragg es que cumple sus promesas de campaña. Es un tipo que prometió en campaña acusar al presidente Trump”.

El exgobernador también cuestionó la legalidad de la actuación del fiscal señalando: “La otra cosa que se puede decir sobre él es que está violando su juramento y destruyendo la constitución y el estado de derecho. Y si alguien tenía que ir a prisión, o ser acusado de delitos con este episodio, debería ser el fiscal del distrito. Está armando a fiscales corruptos descontrolados que destruirán la democracia, robarán nuestras libertades y nos quitarán a nosotros, el pueblo, nuestro derecho a elegir nuestros propios líderes”.

Por último, culpó a su propio partido de lo ocurrido indicando: “Mi propio partido, los demócratas, están explotando esto por razones políticas, es realmente vergonzoso. Porque hay mucho en juego y no se trata de ganar elecciones, se trata de nuestra libertad, el estado de derecho y el autogobierno”.

Una de las declaraciones más contundentes ha sido la del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, quien ha cargado contra el fiscal y ha asegurado que tendrá que rendir cuentas con el siguiente tenor: "Alvin Bragg ha dañado irremediablemente a nuestro país en un intento de interferir en nuestra elección presidencial. Mientras libera habitualmente a criminales violentos para aterrorizar al público, ha utilizado nuestro sagrado sistema de justicia como arma contra el presidente Donald Trump. El pueblo estadounidense no tolerará esta injusticia, y la Cámara de Representantes pedirá cuentas a Alvin Bragg y su abuso de poder sin precedentes."

El gobernador de Florida Ron DeSantis ha recordado la vinculación del fiscal Bragg con George Soros: La militarización del sistema legal para promover una agenda política pone patas arriba el estado de derecho. Es anti-estadounidense. El fiscal de distrito de Manhattan respaldado por Soros ha torcido constantemente la ley para degradar los delitos graves y excusar la mala conducta criminal. Sin embargo, ahora está estirando la ley para apuntar a un oponente político. Florida no ayudará en una solicitud de extradición, dadas las circunstancias cuestionables en relación con la actuación de este fiscal de Manhattan respaldado por Soros y su agenda política.

El fiscal de distrito de Manhattan respaldado por George Soros ha torcido constantemente la ley para degradar los delitos graves y excusar la mala conducta criminal. Sin embargo, ahora está estirando la ley para apuntar a un oponente político

Y ante la ola de apoyo al expresidente Trump, a los demócratas no les queda otra que recurrir a amenazas y 'engordar' el asunto. Así, al más puro estilo de un sheriff corrupto de las películas del oeste, el alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams, se ha permitido amenazar entre otros, a congresistas trumpistas como Marjorie Taylor Greene, que han acudido a la gran manzana a protestar por la imputación del expresidente: "Si bien algunos agitadores pueden estar pensando en venir a nuestra ciudad mañana, nuestro mensaje es claro y simple. Contrólense. La ciudad de Nueva York es nuestro hogar, no un patio de recreo para su ira fuera de lugar. Aunque no tenemos amenazas específicas, personas como Marjorie Taylor Greene, conocida por difundir información errónea y discursos de odio, dijeron que vendrá a la ciudad. Mientras estés en la ciudad, ten tu mejor comportamiento”. No cabe duda, según el primer edil de la gran manzana, la libertad de expresión solo existe si eres miembro del Partido Demócrata. A qué momento tan oscuro ha llegado la primera potencia mundial, y antaño faro de la democracia, si un alcalde se permite amenazar no solo a ciudadanos de a pie sino incluso a miembros del congreso de Estados Unidos.

Y mientras tanto, 50 cámaras de televisión y cientos de periodistas se agolpaban a las puertas de los juzgados de Manhattan -sí, ese mismo edificio en el que hace unas semanas erigían la "demoníaca" y pro abortista escultura presidiendo su entrada- y frente a la Torre Trump, sacando tajada del circo mediático y con el foco puesto en el expresidente Trump, que acudía a declarar.

El alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams, se ha permitido amenazar entre otros, a congresistas trumpistas como Marjorie Taylor Greene, que han acudido a la gran manzana a protestar por la imputación del expresidente

Como ya adelantaron sus abogados, Trump se ha declarado no culpable de las 30 acusaciones que se le imputan, todas ellas alrededor de la cuestión de si pagó a una prostituta, y ha indicado que “es increíble que esto pase en América”. 

Tras declarar ante el tribunal inquisitorial progresista, Trump regresó a su residencia Mar-a-Lago en el Estado de Florida, y ante cientos de simpatizantes dirigió un discurso a la nación, denunciando la cacería contra su persona y que el único fin del caso es interferir en las presidenciales del año que viene: “Este caso falso se presentó con el único propósito de interferir en las próximas elecciones de 2024 y debe abandonarse de inmediato”.

Trump continuó poniendo de relieve la doble vara de medir de la fiscalía, recordando escándalos que salpicaron a Hillary Clinton y Joe Biden, y en los que nada ha hecho la fiscalía: "Hillary Clinton destruyó 33.000 correos electrónicos y eso estuvo bien" y "el actual presidente Joe Biden tenía documentos clasificados que tomó cuando era senador y no está siendo acosado ni acusado como las personas que trabajan para mí lo son".

La conclusión es que el expresidente Donald Trump está imputado pero Estados Unidos camina hacia su ocaso

Ha asegurado que no hay base jurídica alguna para acusarle y que "el criminal es el fiscal de distrito", de quien ha denunciado que "filtró ilegalmente cantidades masivas de información del gran jurado".

Y no solo cargó contra el fiscal Bragg por su vinculación con los demócratas, también recordó que el juez del caso Juan Merchán y su familia son antitrumpistas, poniendo de relieve que la hija del magistrado trabajó para la ahora vicepresidenta Kamala Harris.

EEUU se aproxima al ocaso.