En Francia, el primer ministro, Sébastien Lecornu, que dimitió al día siguiente de ser nombrado por Macron y que este le volvió a nominar como primer ministro, ha salido victorioso hoy jueves de dos mociones de censura contra él, presentadas, por un lado, por el partido de extrema izquierda 'Francia Insumisa'; y por otro, por  'Agrupación Nacional', el partido de Marine Le Pen. 

Para superar ambas mociones, Lecornu ha reculado sobre la reforma más polémica en el país vecino, la de las pensiones, que elevará gradualmente la edad de jubilación de los 62 a los 64 años: "Propondré al Parlamento este otoño suspender la reforma de las pensiones de 2023 hasta las elecciones presidenciales. No se producirá ningún aumento de la edad a partir de ahora hasta enero de 2028".

Y lo ha hecho para que el Partido Socialista francés no apoyase las mociones de censura contra él. 

Eos sí: Lecornu ha indicado que suspender la prevista reforma de las pensiones costará al Estado "400 millones de euros en 2027 y afectará a 3,5 millones de franceses", por lo que "deberá ser compensada económicamente".

Esta reforma de las pensiones ha generado malestar en sectores de la sociedad francesa, que se han movilizado pidiendo su derogación al estilo de las movilizaciones de los 'chalecos amarillos'.

Sobre ello, Lecornu había dicho que entendía "las tensiones que provocó" la reforma,  pero argumentó que "no se puede negar la realidad" de que "ahora hay menos cotizantes y más pensionistas".

Pero el líder socialista, Olivier Faure, ya le ha advertido hoy jueves de que "si el gobierno no cumple sus promesas", especialmente respecto "a la suspensión de la reforma de las pensiones", lo censurarán "rápidamente".