No se pierdan las dos noticias de ayer martes, en Hispanidad. Por una parte, la aprobación, por decreto, de la reforma laboral, en el "día más grande" del gobierno socialista, según afirma nuestra muy "humilde" hacedora de reformas, doña Yolanda Díaz. De otra, la aprobación de los Presupuestos del Ayuntamiento de Madrid, liderado por el pepero Martínez-Almeida, en un compromiso más histérico que histórico, con los podemitas de Marta Higueras, es decir, con la escisión de Mas Madrid, llamada Recupera Madrid.

Yo no sé con que cara le va a reprochar ahora Casado a Sánchez sus pactos con Podemos y los nacionalistas cuando él mismo pacta con los herederos de Podemos, es decir, con los comunistas.

El actual caos español es el producto de una izquierda caradura y de una derecha cobardona

Naturalmente, el primer fruto de la alianza ha sido la supresión de las ayudas municipales a la Fundación Madrina, una ONG que está realizando una labor extraordinaria en Madrid y a la que Marta Higueras, la pactante con Almeida, juró odio eterno porque salvaba a demasiadas mujeres del aborto y porque realmente trabajaba a pie de obra con los pobres de verdad. Ya saben cómo se vive la caridad feminista: a la mujer no hay que ayudarla a criar a sus hijos. Lo único que hay que hacer es llevarla al abortorio y pagarle la 'operación'.

Son dos noticias que muestran el caos de la España de Pedro Sánchez.

Como es una mujer muy humilde, la vicepresidente del Gobierno Sánchez, doña Yolanda Díaz, ha proclamado el derecho a la subvención, que no deja de ser el derecho a meterle la mano en el bolsillo al vecino pero de forma legal. O sea, estatal.

No es broma: Díaz repitió, en su profunda humildad, como creo haber dicho antes, durante la presentación de la Reforma Laboral, mediodía del martes 28, festividad de los Santos Inocentes, que por primera vez en no sé cuántas décadas, los trabajadores recuperaban derechos en España. Tanto es así que en, siempre según la autorizada fuente vicepresidencial, o sea, ella misma, en Italia están entusiasmados con el borrador de Reforma laboral, en Italia sí que se lo han leído, no como en el Partido Popular.

Naturalmente, desconocemos quienes son esos italianos enardecidos por la Reforma Díaz pero seguramente el Ministerio de Trabajo nos lo explicará con prontitud y trasparencia. Por ejemplo, con la misma trasparencia y prontitud que nos mostraron al Comité de expertos del Covid. Si Díaz no lo ha dicho hasta ahora, ha sido por humildad. Una persona tan modesta como ella no puede presumir de un éxito que traspasa fronteras... pero y sabemos que las traspasa, al menos en la calenturienta imaginación de la señora vicepresidenta.

Los podemitas siempre siembran el caos a su alrededor pero no es menos temible la incoherencia del Partido Popular: todavía no podemos hablar de 'casadismo'... porque no sabemos lo que es

La verdad es que la reforma laboral, hija del neocomunismo podemita, no hace otra cosa que aumentar la economía sumergida, subir los impuestos laborales y fomentar la vagancia. En resumen, vivir a costa de las subvenciones públicas pagadas por los emprendedores y canalizadas entre subvenciones y subsidios. Desde luego, la reforma laboral de Díaz no va a crear empleo.

La otra muestra del caos en el que anda sumido España la ofrece el Ayuntamiento de Madrid. El alcalde, Martínez-Almeida, que vive en perpetuo desvelo por los madrileños y que expresa ese desvelo casi con la misma cursilería que Yolanda Díaz se desvive por los trabajadores, ha pactado con Recupera Madrid, los chicos de Marta Higueras, expodemita, excarmenista y ex Más Madrid, porque lo suyo es la disidencia democrática... pero siempre manteniendo el cargo.

Almeida sigue los pasos de Ruiz-Gallardón, proveniente de la derecha cristiana pero que, en cuanto llegó al poder, se volvió progresista. Almeida, lo mismo. Cuidado, alcalde, ya ve cómo acabó Gallardón.

En definitiva, que doña Marta Higueras ha aprovechado el pacto con la derechona para exigir la retirada de ayudas a la Fundación Madrina, una ONG ejemplar, pero odiada por la izquierda porque es cristiana y provida. Y Almeida ha cedido, naturalmente. Se trata de salvar su poltrona.

En resumen, el actual caos español es el producto de una izquierda caradura y de una derecha cobardona. Ahora tenemos que aplicarnos a decidir cuál de las dos resulta más nociva para el país.

Porque los podemitas siempre siembran el caos a su alrededor pero no es menos temible la incoherencia del Partido Popular: todavía no podemos hablar de 'casadismo'... porque no sabemos lo que es.