Consejo de Ministros del martes 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Pura coincidencia no vayan a malpensar. Es el Consejo que aprueba por decreto la reforma laboral, casualmente histórica, lanzada por una ministra un poco histérica. Ninguna exageración: los visajes de doña Yolanda Díaz han terminado hoy, martes 28 de diciembre, en una confesión pública: "Soy bastante humilde". Lo cual no deja de recordar la vieja historia del frailecico: "30 años intentando ser humilde y al fin lo he conseguido".

Isabel Rodríguez, la portavoz más sectaria desde la Transición, nos informa de que el Consejo de Ministros ha sido muy importante porque "este, como dice el presidente del Gobierno, es un gobierno que cumple". Un silogismo definitivo.

Yolanda Díaz da las gracias a los periodistas laborales por trabajar hasta altas horas de la madrugada.

El comunismo siempre hace lo mismo: iguala al que dobla el lomo durante 40 horas semanales con el que vive de indemnizaciones y subsidios... a la espera de la jubilación anticipada

"Con esta reforma se pasa página a la precariedad en España". ¿A que no?

"La Reforma Báñez pretendió salir de la crisis devaluando los salarios", asegura doña Yolanda. Ella, por el contrario, recupera la ultraactividad y se muestra extrañadísima de que alguien pueda estar en contra. Además, la reforma recupera el convenio de sector por encima del convenio de empresa.

Pues verá, los convenios sectoriales no ayudan a crear empleo sino a que las cúpulas sindicales detenten más poder.

Y la ultraactividad -o renovación automática de un convenio sindical, también ayuda a cerrar empresas, a costa de no poder cambiar las condiciones cuando vienen mal dadas.

Luego viene la parafernalia de la anti-temporalidad (transformación estructural, que le dicen). Y así se enorgullece Yolanda, sólo habrá un contrato temporal muy restringido. Lo que no dice es que al empresario que realice un contrato temporal se le cobrarán muchos más impuestos laborales. Conclusión, el empresario buscará la economía sumergida y, si no puede intentar reducir salarios para no disparar los costes.

En efecto, es una reforma pactada pero malísima: "Con esta reforma se pasa página a la precariedad en España". ¿A que no?

Y naturalmente, que de socio-podemitas hablamos, se aumentan las sanciones hasta los 10.000 euros por trabajador afectado por temporalidad ilegal.

Más desatinos de una norma histórica e histérica: el contrato por obra y servicio se termina. El contrato de construcción pasa a ser indefinido. Cuando se acabe la obra, la empresa tendrá que recolocar al trabajador. ¿Y si no tiene obra?

Contrato fijo-discontinuo. Por ejemplo temporeros pero con los mismos derechos: es decir, será más caro despedir pero igual de magro el salario. El comunismo siempre hace lo mismo: tiende a igualar las condiciones del que dobla el lomo durante 40 horas semanales con el que vive de indemnizaciones y subsidios, a la espera de la jubilación anticipada.

Contrato de formación. Sí, la formación es importante pero que la pague la empresa. ¿Y por qué habría de hacerlo? La educación corresponde al Estado.

"Es muy difícil decirle no a la ultraactividad". ¿En serio? ¿Por qué? Los alabados ERTE no son otra cosa que subvenciones públicas

¡Ah! y encima la reforma de la que hizo Báñez blinda a los funcionarios, ya de por sí bastante blindados. Como le dijo un funcionario a cierto secretario de Estado: mire usted, para despedirme yo tendría que ir a su despacho y orinar en su mesa. Y aún así... con esta reforma, en la Administración pública, modelo de productividad, ya no se puede despedir por causas objetivas. Vamos, que no se puede despedir en ningún caso.

Los ERTE, los muy alabados ERTE. Con doña Yoli, la humilde, los ERTE se convierten en estructurales: vamos que se hacen permanentes. Pero el ERTE no es más que una subvención pública.

Y digo yo: si quieres acabar con la temporalidad, ¿por qué no impones un sólo contrato con indemnización pactada de antemano?

Pero lo mejor viene ahora. Se supone que esta reforma neocom (o sea, neo-comunista) está hecho para proteger al trabajador. Y justo ese mismo día, el Gobierno nos informa de que el salario mínimo se queda en los 965 euros brutos mensuales.

Temporalidad: "Mi hijo está harto de tener contratos de un día". Pues reduzca la indemnización por despido e imponga un único contrato indefinido

Es decir, justo lo que necesita una subida y fuerte, mucho más fuerte que los 1.000 euros con los que el Gobierno intenta con vencer a los sindicatos.

Pues mire usted, eso es precisamente lo que había que haber subido en beneficio de los más impecunes y vulnerables. Con ese dinero no se puede formar una familia y mucho menos vivir dignamente. Y eso es precisamente donde hay que presionar a los patronos, en el salario. Decreten el despido libre que es de justicia, reduzcan en lugar de subir los impuestos laborales, sobre todo para los salarios bajos.

En resumen, al reforma Yolanda Díaz no va a crear empleo sino todo lo contrario. No va a subir los salarios sin todo lo contrario... y va a aumentar el paro. Ya somos el país con más pardos de toda Eurolandia, y aquellos que han flexibilizado su mercado de trabajo son los que tienen menos paro.  

En efecto, esta es una reforma pactada y acordada... pero malísima.