A un partido lo comparan, con un banquillo,
más no es del fútbol el partido comparado,
se trata de políticos, de un partido desnortado,
que denigran a quien ha saltado de su banquillo,

 

y comenzado a meter goles, al partido contrario.
Los figuras, han sacado un reserva, cricreando como grillos,
para que meta tantos goles y apuntarse un partidillo,
y quitar el mérito, a quien ganar había comenzado

 

el verdadero partido, el grande, el de la Champions;
ya que antes que apoyarse en veteranos, prefieren
perder el gran partido y, el banquillo, seguir calentando.

 

Hasta que el partido que gobierna y manda en el campo,
deje el suelo embarrado, la hierba destruida totalmente,
y ellos regarlo, para volver, al banquillo bien amado.