Mientras Europa pedía auxilio a Washington ante el comunismo soviético, el sindicato Solidaridad levantaba en la ciudad de Gdansk la fortaleza espiritual que salvo al mundo libre del comunismo soviético y que precipitó la caída del Muro y del imperio moscovita.

Gdansk, la sede de Solidaridad, es la antigua Danzig, aquella ciudad del Báltico donde los nazis iniciaron la II Guerra Mundial.

Y es que los polacos vencieron a los violentos protestantes suecos, a los feroces tártaros del este, al retorcido imperio austriaco, al Ejército Rojo en el Milagro del Vístula, a los nazis… A veces en el campo del batalla, a veces en la resistencia. Siempre con mártires. Finalmente los polacos vencieron a los soviéticos y nos salvaron del comunismo Ergo, Polonia también vencerá a Bruselas y volverá a salvar a toda Europa, esta vez desde dentro.

Parlamento europeo de Estrasburgo, mañana del martes. La presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen -nada que ver con la bruja del mar pero aristócrata consorte- con una hipocresía que sólo un burócrata puede adoptar, asegura que Polonia está rompiendo los “valores europeos”. 

Los valores de la degenerada Unión Europea no son más que aborto, ideología de género, destrucción de la familia y de la patria potestad de los padres, plutocracia y cristofobia. 

Si el padre fundador, Robert Schumann, levantara la cabeza, regresaba a su Alsacia del alma.

A ver si nos entendemos: Bruselas es una sociedad masónica, regida por burócratas tan impresentables como el amanerado holandés, Mark Rutte. Y resulta que estos masoncetes no pueden permitir que dos países pretenden ser fieles a los verdaderos valores y raíces de Europa, que no son otra cosa que los principios  crisianos. 

Así que se han inventado un chantaje que denominan “Mecanismo de condicionalidad”, que significa justamente eso: o te haces progre y renuncias a tus principios cristianos o te quito el dinero.

En el barrio bajo de Oviedo donde me crié a eso le llamábamos chantaje. Pero doña Úrsula, -que no es la bruja del mar, como creo haber dicho antes- le califica como ‘mecanismo de condicionalidad”… que, dicho sea de paso… ¡hay que ser hortera para inventarse un eufemismo tan cursi!

Lo importante es que Polonia no ceda ni un milímetro. La presión que están ejerciendo sobre Varsovia es salvaje. Por supuesto, Sánchez no encabeza el mecanismo de condicionalidad, porque no tiene reconocimiento en la pirámide Nuevo Orden Mundial (NOM), pero alargará el brazo desde atrás para arrearle una puñalada cobardona a los polacos. 

El primer ministro Mateo Morawiezki no se defendió mal el martes, pero es más banquero que filósofo. Además, en esta Europa decadente las cartas están marcadas. Insisto: lo que tiene que hacer Polonia es no ceder Y si derrumbó al sistema soviético, ¿por qué no va a tumbar a la decadente plutocracia bruselina?