Sr. Director:
Atravesamos unos momentos en España que a muchos les hacen intuir que una nueva era está surgiendo. La era que dará su inicio cuando el P.G.C haya culminado su recorrido. Con pesadumbre, susurranse al oído los pocos y marginales españoles que a pensar se atreven, estremecidos sus ánimos ante el fantasma de una pandemia de P.G.C. Una pandemia que ya toca, con sus nudillos huesudos y desnudos, las puertas de nuestra desdichada nación. Para ellos son evidentes los síntomas que anuncian un P.G.C. que hunde sus garras, en las entrañas de nuestro pueblo atormentado. Atormentado sí, pero al mismo tiempo feliz ante las altas cotas democráticas conquistadas, y gozoso mientras disfruta de las libertades que para sí mismo ha conseguido.
Sin ánimo de ser exhaustivos vamos a mencionar tan solo dos de las múltiples señales, que llevan a estos conciudadanos nuestros, que sobre sus hombros sostienen la pesada carga del pensar, a intuir la presencia de un P.G.C que amenaza con ser pandémico.
PRIMERA
España hoy día esta calcinada. Sus campos vestidos de ceniza y negro reposan en silencio sepulcral. Miles de hectáreas ardieron este verano. Sus bosques lucen sus esqueletos muertos. Los animales abrasados dejaron tan solo a la soledad enlutada habitar las praderías. Las hormigas fueron desahuciadas por las llamas de sus caminitos estrechos. Los ganados quemados mostraban el horror de sus agonías en sus cuerpos chamuscados. El fuego convirtió a los pajarillos en teas ardientes envueltas en sus llameantes plumas. Sus trinos enmudecieron. Las águilas, los buitres, las cigüeñas, las urracas y un sinfín de aves de más envergadura lloraban en sus vuelos de huida mientras recordaban a sus polluelos en sus nidos incendiados. Volaban hasta que la humareda los asfixiaba y caían sobre las brasas de las que escapaban. Las loberas oscuras, quedaron sin inquilinos. Sin huéspedes las ennegrecidas zorreras. Las cárdenas madrigueras vacías, sin conejos y sin gazapillos. Hasta las ratas y las víboras contribuyeron con sus cadáveres al macabro paisaje. Los hombres apretaban sus dientes al ver sus mieses carbonizadas. Las mujeres sollozaban en silencio al contemplar sus hogares arruinados.
La última memoria anual de la Fiscalía General del Estado, publicada en 2024 con datos de 2023, señala que el 19% de los incendios investigados fueron intencionados (página 4). El 68% tuvieron su origen en negligencias. Lo cual nos permite afirmar que el 87% de los incendios forestales en España son producidos específicamente por causas humanas, Bien sea persiguiendo con ellos opacos e inconfesables fines o por negligencias debidas, evidentemente, a carencias cívico-educativas.
Solo el 13% son clasificados en otras categorías, que define el documento de la Fiscalía General de Estado, como provocados por fenómenos naturales u originados a partir de otro fuego previo.
Permítanos el lector extrapolar los datos ofrecidos por la Fiscalía General del Estado referidos a 2023 a los correspondientes a 2025 pues estos se harán públicos por la referida entidad a lo largo de la anualidad de 2026.
Pues bien cuando todavía España tosía humo y escupía esputos de luto, el presidente del Gobierno, don Pedro Sánchez Pérez Castejón, anunciaba la creación de una nueva Agencia Estatal de Protección Civil y Emergencias.
Esta agencia era definida como uno de los diez compromisos que componen la “hoja de ruta” del Pacto de Estado contra el Cambio Climático.
Con algazara fue recibida tal medida gubernamental por los españoles. Todos veían ya al cambio climático, vapuleado y, por los golpes tumefacto el rostro, besando la lona del ring sobre el cual, un presidente de gobierno, aguerrido y valeroso, le había derrotado sin contemplación alguna.
Es preciso aclarar que cuando don Pedro Sánchez anunciaba el Pacto de Estado contra el cambio climático ya habían sido detenidos por la Guardia Civil algunos de los pirómanos que habían cosido los vestidos de faralaes negros con los cuales se habían ataviado los campos de España.
Y es aquí donde surge la pregunta: ¿Es el Cambio Climático o es el P.G.C? Solo la reflexión dará la respuesta al lector.
SEGUNDA
No podemos ocultar, aunque nos produzca dolor, que existen indicios que nos conducen a entrever el fantasma del P.G.C sobrevolar el solar hispano.
Es sobradamente conocido que las autoridades educativas se han visto obligadas a introducir en los contenidos docentes impartidos a niños y jóvenes españoles las técnicas masturbatorias.
Este hecho es suficientemente ilustrativo de las carencias psicomotrices que evidencian las nuevas generaciones de nuestro país.
Si consideramos que la masturbación es una conducta practicada, sin necesidad de aprendizaje previo, por la generalidad de los mamíferos en sus primeras etapas vitales, no nos cabe más remedio que admitir que, si los niños y jóvenes españoles requieren de la docta tutorización para la asunción de dicha conducta, es debido a que muestran unos desvalimientos que no se observan en el resto de los animales cuyas hembras están dotadas de glándulas mamarias.
Carencias que, nos atrevemos a afirmar, llenos de pesar y de modo apriorístico, sin haber realizado investigación previa alguna en la que fundamentar nuestra aseveración, hace únicos, por déficit aptitudinal, a los niños y jóvenes españoles con respecto al resto de sus coetáneos de las diferentes latitudes.
¿Han sido ya, los niños y jóvenes españoles, víctimas del P.G.C.? Invitamos al lector a pronunciarse.
Hace tan solo unos días nos sorprendía la señora ministra de Igualdad, doña Ana Redondo, con una medida rebosante de creatividad. Se dotaba con 2.800.000 euros una campaña dirigida al fomento de la masturbación en los mayores de sesenta años.
¿Cómo podemos calificar una campaña gubernamental que incita a los ancianos al onanismo, olvidando la creación de las instalaciones sanitarias requeridas para la atención clínica de las probables apoplejías que surgirán en la población senil por la asunción personalizada de dicha iniciativa ministerial?
¿Irresponsabilidad institucional? ¿Efecto del P.G.C? Tan solo el lector podrá darse una respuesta?
Haciendo uso de los datos que la hemeroteca nos regala sugerimos la lectura de las siguientes líneas:
El día 25 de noviembre de 2016 publicaba el periódico la Voz de Cádiz el siguiente titular: “un curso para desempleadas incluye clases de estimulación del clítoris en Cádiz”.
En el texto se puede leer el siguiente párrafo: “las mujeres han recibido lecciones de como estimular su clítoris, algo que ha sorprendido a muchas de ellas al no entender la relación que tienen estos contenidos con el objetivo final del curso: la búsqueda de empleo. Es más, en el curso han llegado incluso a sugerir que contaran su experiencia si lo practicaban”.
¿Es desvergüenza o resultado lógico de P.G.C? Rogamos respuesta del amable lector.
.
¿QUÉ ES EL P.G.C?
Se conoce como fenómeno P.G.C. al proceso de gilipollización colectiva (por sus siglas en español) que sufren ciertas sociedades humanas.
La denominación de dicho fenómeno obedece a la castiza y popular españolización del Efecto Flaynn Inverso (E.F.I por sus siglas en español)
El E.F.I fue estudiado Bernt Bratsberg y Ole Rogeberg en el Regnar Frisch Center for Economic Research. Siendo publicados los resultados de dicha investigación en la revista Proceedings of de National Academy of Sciences.
Parece ser, y siempre según dichos estudios, los niveles de inteligencia en las poblaciones de los países occidentales están descendiendo de forma acelerada.
Bien pudiera suceder que, al igual que la pandemia del coronavirus tuvo en su día una especial incidencia en España, eso sí, con la inestimable colaboración de su propio gobierno, el fenómeno estudiado por Bernt Bratsberg y Ole Rogeberg estuviera mostrando una más intensa proyección en nuestra infortunada nación.
No deja de ser posible que esta situación de abrupto deterioro de los niveles del español-masa, que en la actualidad se perciben, sea consecuencia de las características del espectro político que tiende su sombra sobre el solar hispano.
NOTA FINAL CON UN ATISBO DE ESPERANZA
Es muy prematuro aún afirmar que Occidente se encuentra inmerso en un agudo y terminal P.G.C. Existen indicios, eso sí, de que el P.G.C avanza vehementemente por las trochas que surcan nuestro sufrido solar patrio. ¡Claro que existen indicios! Solo hace falta contemplar con atención los contenidos que los medios de comunicación subvencionados ofrecen a la ciudadanía. Indudablemente son observables ciertas señales de que el P.G.C afecta con especial relevancia a las gentes de España. Recordemos sin ir más lejos las matemáticas socioemocionales con perspectiva de género que se ven obligados a estudiar nuestros escolares.
Pero para llegar a una aseveración científicamente fundamentada se requieren más estudios. En definitiva seguir investigando el fenómeno. Y por esta necesidad de seguir investigando es por lo que hacemos un llamado al Gobierno de España para que tome medidas. Medidas concretas. Medidas urgentes: Concienciación de la sociedad. Divulgación de la problemática. ¡Antes de que sea tarde! ¡Antes de que ya, no haya remedio! ¡Antes de sean irreversibles los efectos del P.G.C en esta infortunada nación!
No caigamos en la desesperanza. Tengamos presente que si un gobierno, tal y como prometía su ministra de trabajo doña Yolanda Díaz, es capaz de adaptar los fenómenos meteorológicos a los puestos de trabajo, ¿cómo no va a ser capaz de salvarnos del P.G.C, del E.F.I y de la M.A.P (Madre que a ambos parió por sus siglas en español)?









