Sr. Director:
Thomas Malone, director y fundador del Centro de Inteligencia Colectiva del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), considera que "a menudo se sobrevalora el poder de la inteligencia artificial". " Cualquier niño de cinco años tienen una inteligencia general más amplia que el sistema más avanzado de inteligencia artificial", ha añadido. Malone ha impartido la conferencia inaugural de la jornada Modelando el futuro del trabajo, que ha organizado esta mañana la Fundación Ramón Areces y el MIT en Madrid.
Malone ha dejado claro que los ordenadores solo son capaces de desarrollar una inteligencia especializada y "ahí sí pueden ser superiores al hombre", recordando el caso del ordenador Deep Blue, que derrotó al campeón mundial de ajedrez. "Sin embargo, la inteligencia general, aquella que es capaz de aportar soluciones en cualquier situación, sigue siendo terreno acotado para los seres humanos. ¿Para cuándo conseguiremos sistemas de inteligencia artificial que supere a la inteligencia general humana? Desde el inicio de la inteligencia artificial en los años 50 estamos diciendo que eso llegaría dentro de 20 años. Igual ha llegado el momento de reconocer que tardaremos más de dos décadas en alcanzar ese objetivo".
Mientras llega ese momento, este experto del MIT ha aportado una solución: "Lo ideal sería poder identificar los grupos humanos que son capaces de tomar las mejores decisiones y de hacer avanzar la sociedad y darles apoyo con la inteligencia especializada que aportan los sistemas de inteligencia artificial". Es su teoría de las Supermentes, desarrollado en su último libro (Superminds). Confía así en el "sorprendente poder de las perdonas y los ordenadores trabajando juntos". "Hay que pensar menos en qué trabajos nos van a quitar las máquinas y dedicar más tiempo a ver qué nuevas cosas pueden conseguir las personas y los ordenadores trabajando juntos".
Thomas Malone sugiere que adoptemos una nueva forma de ver el mundo: "Estamos rodeados de supermentes invisibles, de grupos de personas que piensan juntas, pero nunca pensamos en ellas de esta forma. Toda institución, empresa, mercado o democracia es una supermente. También cada comunidad o vecindario es una supermente. Y, como sucede con las personas, algunas supermentes son muy inteligentes, y otras son bastante estúpidas", ha asegurado. "Los ordenadores tienen el potencial de hacer que estas supermentes sean mucho más listas". Así ha puesto como ejemplo la enciclopedia virtual y colaborativa Wikipedia o el proyecto Polymath, en el que matemáticos de todo el mundo trabajan juntos on line para descifrar teoremas aún por resolver. "Los ordenadores también pueden hacer que las supermentes sean más estúpidas, como ocurre con las fake news, que pueden distorsionar el voto".
Durante su conferencia, Malone se ha preguntado por cómo crear grupos de personas y ordenadores más efectivos. En este punto, ha comentado como ejemplo los mercados de predicciones, en los que se realizan apuestas sobre previsiones de ventas, que hacen estimaciones más acertadas que las encuestas y otros tipos de investigaciones de mercado... "Se ha comprobado que las previsiones que hacían personas y ordenadores juntos eran mejores que las previsiones que realizaban individuos en solitario", ha afirmado este profesor del MIT.
En el campo de la medicina, las supermentes y esa unión del hombre y la máquina tiene su concreción en el 'Human diagnosis project'. "Allí, cualquier médico que se enfrente a un caso complicado puede incluir el historial del paciente, lógicamente anonimizado, y toda la comunidad médica puede aportar su interpretación para alcanzar entre todos un informe más acertado". Otro ejemplo, esta vez del terreno comercial: "La información que maneja Amazon de lo que está dispuesto a pagar cada persona por cada producto también es clave para acertar en previsiones de mercado". Y así ha hablado Malone de la máquina de estrategia ciberhumana, que trabajaría de diferentes formas y que nos ayudaría, por ejemplo, a predecir ataques terroristas, prevenir el fraude, delitos...
En cuanto al futuro del trabajo, el fundador del Centro de Inteligencia Colectiva del MIT ha lanzado un mensaje tranquilizador: "Todos tenemos que relajarnos un poco, porque eso de que los ordenadores nos quitarán el trabajo va a llevar más tiempo de lo que pensamos. Incluso aunque tuviéramos esas herramientas en un laboratorio del MIT, llevaría su tiempo implantarlas. Por ejemplo, Amazon creó en 1995 su primera web y hasta 20 años después no estamos viendo el impacto en la venta al menor".
También ha mencionado lo que supuso la introducción de maquinaria agrícola en Estados Unidos, donde en la actualidad apenas el 2% de la población trabaja en el campo. "Esos empleados pasaron a trabajar en otros oficios con las máquinas, en las fábricas... La imprenta también acabó con los copistas, pero a cambio se multiplicaron los productos a imprimir (todo tipo de libros más allá de la Biblia, revistas, cómics...). También Google search ha acabado con algunos bibliotecarios, pero también otra mucha gente trabaja ahora en el diseño de páginas webs, publicidad digital..."