¡Qué buena es la Comisión Europea!
A pesar de que el Gobierno español se había retrasado a la hora de suprimir la Acción de Oro o veto político para que una compañía extranjera adquiera una empresa estratégica española, el Ejecutivo de Bruselas ha tenido el detalle de no sancionar a España. Así, con este ramalazo de ternura comunitaria, Telefónica, Endesa, Repsol o las ya liberadas Altadis y BBVA (por la vía de Argentaria) podrán ser sanamente deglutidas por cualquier multinacional. Todos les felicitamos, ¡oh, sí!, avanza radiante por todo el continente.
Y todo ello ocurre en el momento en el que el susodicho y muy liberal continente europeo está remodelando, reconvirtiendo, perfilando y macerando el sector económico más importante de todos: el energético y cuando el gigante alemán E.ON pretende absorber a la española Endesa.
Así, es natural que la muy imparcial e independiente Comisión Europea haya apretado las tuercas al Gobierno español para que elimine la muy antiliberal acción de oro. Bien es cierto que en el mencionado sector energético los modelos existentes son los siguientes:
1.- Modelo francés: Ni se liberaliza ni se privatiza. El Estado cuenta con un gigante nuclear, el mayor del mundo, llamado EDF que, desde luego, no cuenta con acción de oro, ni falta que le hace. Casi todas sus acciones son propiedad del Estado. Al mismo tiempo, y por si acaso algún depredador, pongamos italiano, se le ocurre la osadía de atacar a una empresa privada, francesa, pongamos Suez, el Gobierno galo dentro de las reglas del libre mercado-faltaría plus- se inventa una fusión entre Suez y Gaz de France.
Y Bruselas, calladita.
2. Modelo italiano : Tenemos dos grandes empresas presuntamente privadas, la petrolera ENI y la eléctrica ENEL. Casualmente, el Gobierno de Roma controla aproximadamente un 30% de cada una, es decir, que manda. No sólo no tiene intención de abandonar la nave sino que antes pretende fusionar ambas compañías. Lo intentó Silvio Berlusconi y lo intenta ahora Romano Prodi. Mejor dicho, periódicamente el Gobierno italiano expande el rumor a título de globo sonda. Y si la reacción de sus socios europeos es muy fuerte desmiente su propio rumor a título de aviso para navegantes. Ha vuelto a repetir el jueguecito hace 15 días. En resumen, Roma tampoco necesita acción de oro, ergo tampoco necesita suprimirla.
Y Bruselas, calladita.
3. Modelo alemán: Somos tan modernos que liberalizamos y privatizamos. No será verdad que el Gobierno de Berlín posea acciones de empresas energéticas: eso sería pecado mortal. Por ello quienes poseen acciones de empresa energéticas son los länders, o comunidades autónomas alemanas (en otros sectores además de los länders también poseen acciones de empresas que el Estado pretende mantener bajo su control bancos tanto privados como públicos). Pero el modelo alemán es mucho más rico. Nada más liberalizar y privatizar, el Gobierno provocó fusiones aceleradas para conseguir un espejismo de competencia interna (E.ON frente a RWE, gas y nuclear frente a térmicas). No sólo eso, que creó un maridaje privado-público que no se lo salta un gitano. Por ejemplo, a la muy privada E.ON le otorgó el monopolio del gas (Ruhrgas) y para asegurar el suministro nacional cosa, como es sabida de lo más estratégica- Berlín se reserva el derecho de veto sobre Rurhgas, es decir, sobre toda E.ON.
Por cierto, la red eléctrica alemana es, en sus dos terceras partes, la red de la propia E.ON. En Germania la confusión entre lo privado y lo público alcanza cotas como estas, tan liberales, y a todo el mundo le parece excelente.
Esta es la empresa que no sólo se siente con todo derecho a comprar la privatizada Endesa sino que incluso se permite amenazar con llevar a los tribunales a los miembros de la Comisión de la Energía si se atreven a vetar la compra o a aprobarla con condiciones que no sean del agrado de los germanos.
Y Bruselas, calladita.
4. Modelo español: Privatización acelerada. Intento de destruir la isla eléctrica que es España, por lo que hemos entregado HidroCantábrico a los portugueses mientras éstos mantienen el veto a Iberdrola en EDP. Con Francia somos nosotros los que queremos establecer más relaciones por los Pirineos, a pesar de que un mercado realmente liberalizado los franceses nos comerían por el menor coste de su energía nuclear. Por último, hemos suprimido la acción de oro para que Bruselas esté calladita. ¡Pá liberales nosotros!
Para liberales y un poco lelos. Nadie como nosotros, los españoles, colaboramos con más entusiasmo a que más que hacia una Europa unida caminemos hacia el IV Reich o hacia la entente franco-alemana, que lo mismo da.
¿Y qué decir del Reino Unido? Ahí sí tienen los partidarios de liberalismo un ejemplo indiscutible. Si mañana una empresa británica lanza una OPA sobre Endesa me como todas mis palabras. Porque el mundo anglosajón, entendiendo por esto EEUU y el Reino Unido, sí juegan con honradez a la globalización de capitales (que no de productos y de trabajadores). Ciertamente, lo hacen porque los mercados de capitales están controlados por instituciones y gestores británicos y norteamericanos, pero dentro del sistema capitalista nadie puede dudar de su honradez. Pero lo del mercado energético en la Europa continental simplemente es un pitorreo de los países medianos y pequeños a cargo de godos y galos con una aportación transalpina.
El Gobierno español tiene toda la fuerza moral para vetar la OPA de E.ON sobre Endesa.
Eulogio López