La visita de la canciller alemana muestra sus primeros frutos
Arturo Fernández, vicepresidente de la patronal, defiende la postura alemana. También Felipe González se muestra a favor de ello. Empieza la batalla de la reforma laboral.
Después de meses de diálogo para lograr el acuerdo para la reforma de las pensiones, vendida como un pacto social global, llega otra etapa de conversaciones y encuentros: la negociación colectiva, una parte de la reforma laboral que quedaba pendiente.
Y aunque todos se las prometían felices, empiezan a surgir las divergencias entre patronal, Gobierno y sindicatos. El motivo es la propuesta que ha lanzado la canciller Angela Merkel para el Pacto de Competitividad y en el que pedía vincular los salarios a la productividad.
El vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, ha sido el primero en mostrar su apoyo a esta idea ya que considera que ligar los salarios a la productividad es importantísimo e imprescindible. Sin embargo, el empresario es consciente de la complejidad del tema, por lo que ha pedido a los sindicatos que analicen el tema con buenos ojos. Pero este mensaje no solamente iba dirigido a los agentes sociales, sino también al Gobierno. Para Arturo Fernández, hay que ser más productivos y competitivos y cambiar el chip y eso requiere reformas.
Pero el vicepresidente de la CEOE no se ha quedado solo en esas declaraciones pues también el ex presidente del Gobierno, Felipe González, se ha manifestado sobre el mismo tema se ve que ha comenzado una competición entre los exmandatarios para ver quién interviene más-. También ha secundado la propuesta de la canciller alemana al advertir que la indexación al IPC puede provocar la "ruina" de alguna determinada actividad. Pero no se ha detenido ahí, sino que además ha abogado por descentralizar la negociación colectiva, que significa, en otras palabras, el descuelgue.
Y claro está, los sindicatos no están por la labor, como ya han afirmado en varias ocasiones, ya que el secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha rechazado desvincular las tasas de inflación del crecimiento de los salarios en los procesos de negociación colectiva, y además, desde los sindicatos, van a intentar corregir el efecto que supone para el empleo el descuelgue de los convenios justo lo opuesto a lo propuesto por Arturo Fernández y  Felipe González-. Y el Gobierno, por boca de su ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ya rechazó que se liguen los salarios a la productividad, aunque eso puede cambiar en cuestión de días. Todo dependerá de una nueva visita, quizás esta vez de Nicolas Sarkozy.
Andrés Velázquez
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