• En su viaje al Líbano, el Papa pide preservar el equilibrio entre cristianos y musulmanes.
  • Pero mientras, todo el mundo islámico arde contra Occidente, desde el Magreb hasta Indonesia.
  • EEUU ya no es el único objetivo. Las embajadas de Alemania y Reino Unido en Sudán también han sido atacadas.
  • Benedicto XVI aclara: el fundamentalismo es una falsificación de la religión.

Es el viaje apostólico internacional número 24 de Benedicto XVI, y casi con total seguridad, el más arriesgado. Desde este viernes y hasta el próximo domingo 16, el Papa hablará directamente a los libaneses en general y a los cristianos en particular, a los que ha pedido ser "constructores de paz y promotores de reconciliación".

Durante el viaje en avión, Benedicto XVI (en la imagen) se ha dirigido a los periodistas que le acompañarán durantes los próximos tres días, y ha alabado la Primavera Árabe, a la que ha calificado de necesaria para "consolidar la libertad y la tolerancia", aunque también ha advertido del riesgo de que emerja el odio. Por eso, según el Papa, hay que estar atentos para que la libertad se desarrolle en la dirección adecuada.

Mientras tanto, todo el mundo islámico arde contra Occidente, o mejor dicho, contra el cristianismo. Y lo hace con movilizaciones y ataques violentos desde el Magreb hasta Indonesia. Y, además, el objetivo de esos ataques ya no es únicamente Estados Unidos: decenas de manifestantes han asaltado la embajada de Alemania en Jartum (Sudán), y han intentado sin éxito hacer lo propio en la de Reino Unido.

Ante todo este ataque al cristianismo y a los cristianos, el Papa ha aclarado que el fundamentalismo no es una religión, sino una falsificación de la misma: Dios invita a construir la paz en el mundo, y la misión de las religiones es contribuir a esa paz. Justo lo contrario de lo que hace y promueve el fundamentalismo islámico.

Pablo Ferrer

pablo@hispanidad.com