Sr. Director:
El presidente Obama ha airado a los católicos con una polémica norma sanitaria que obliga a las instituciones de esta confesión a ofrecer métodos anticonceptivos a sus empleados, y obliga a hospitales, colegios y entidades sociales católicas a ofrecer un plan de salud a sus empleados que contemple la planificación familiar y, en concreto,
métodos para el control de la natalidad.

 

La esterilización, la píldora abortiva y la contracepción son incluidas en los planes de salud, obligando a los ciudadanos estadounidenses a elegir entre violar su conciencia o abandonar su seguro de salud. El señor Obama, en su discurso de investidura en enero de 2009, mencionó a Dios hasta cinco veces, pidiendo finalmente su bendición
para América y los americanos.

Dice que reza todas las mañanas; si es a Dios, lo veo absolutamente incoherente, porque Dios, autor de la vida, no quiere la muerte del inocente. Este no es un tema exclusivamente religioso sino de derecho natural.

La moral de la Iglesia católica, como es lógico, coincide con la norma del derecho
natural, y el Presidente de la nación más libérrima de la tierra no puede obligar a Instituciones católicas a actuar en contra de su ideario, de sus convicciones, de su fe en el mandato de Dios: no matarás. Cualquier día podríamos ver a la estatua de la Libertad bajar el brazo y apagar la antorcha que mantiene en su mano.

Amparo Tos Boix