En Europa, el Tribunal de Estrasburgo ha sentenciado en contra de los crucifijos en el espacio público, y por ello en contra de la libertad religiosa.
Paradójicamente, no se ruboriza en atribuirse la defensa de los derechos ciudadanos. Según el estudio estadounidense del Pew Research Centers Forum on Religion and Public Life, el 70% de la población mundial carece de derechos religiosos, ya que se restringe la enseñanza y la predicación, se prohíben o dificultan las conversiones (en 75 países), se controlan los grupos religiosos Los credos más afectados son el católico y el cristiano-evangélico. Las naciones menos transigentes son: Arabia Saudita, Pakistán, Irán, Egipto, Argelia, Turquía, Indonesia, la Rusia ortodoxa, la India hindú, la Birmania budista, Vietnam y China.
El más amigo de la libertad es el continente americano. Atribuirse derechos sobre la parcela más íntima de la persona es violar su conciencia y su libertad. Nadie puede arrogarse esta competencia. Siempre, los tiranos han procurado imponer su voluntad sojuzgando a los pueblos.
Recién terminado el tiempo navideño hemos contemplado como el Dios que sólo se hizo hombre una vez, y en Jesucristo, es el único que puede dictar las sentencias finales en la vida de un hombre, pero ninguno puede someter a otros para hacerles abdicar de sus creencias.
Lisa Justiniano