Dudo mucho que mi admirada Sarah Palin llegue a la Casa Blanca. Más bien la veo en el papel de esos reformadores que preparan el camino para que un tercero se lleve el premio. Más mérito tendrá.

Algo debe tener el agua cuando la bendicen, porque el Nuevo Orden Mundial (NOM) hoy, en Estados Unidos, muy crecido por la presencia de Barack Obama en la Casa Blanca- está obsesionado con el Tea Party, No hay día en que los canales progres españoles de TV, capitaneados por RTVE, Cuatro, CNN y La Sexta, lancen sus flechas contra doña Sarah.
Sí, el Nuevo Orden Mundial, es decir, la estructuración social de la ideología progre, vive obsesionado con Sarah Palin, y con el Tea Party. PRISA, representante del NOM en España y El Mundo, otro baluarte de la progresía, esta vez progresía de derechas progre-capitalismo, o derecha pagana, si lo prefieren, eligen entre demócratas y republicanos, pero ambos apostrofan con igual entusiasmo a la ex gobernadora de Alaska y su modo de hacer política.
Le odian, naturalmente, porque Palin, que no es católica, encarna la vuelta a los principios no negociables de Benedicto XVI: vida, familia, libertad de enseñanza y bien común. Y también a la libertad religiosa, bajo el principio de reciprocidad. 
¿En qué consiste su método? Pues, empezando por el final, Palin se ha dado cuenta de que, para cambiar el Gobierno, hay que empezar por cambiar la sociedad. Esta señora ha apelado directamente al pueblo y ha movilizado a la gente a través de Internet y del cara a cara. Por decirlo de otra forma, ha reinventado la democracia.
Al mismo tiempo, se ha convertido en periodista, porque considera que los medios no deben estar en poder del oligopolio de editores. Ciertamente, ha elegido al mayor de los oligopolistas mediáticos Rupert Murdoch- pero no ha adoptado la postura del entrevistado sino la del entrevistador, o, si lo prefieren, la del analista. Esto de los políticos convertidos en periodistas no deja de ser intrusismo profesional pero así se evita el desprestigio de los políticos por los medios.
En cualquier caso, el Tea Party ha roto la casta de los profesionales de la política y de un sistema de libertades que, en desgraciada y perversa paradoja, amenaza con corroer las libertades. Pero la primera lección, para europeos en general y españoles en particular, es ésta: o la política es servicio o es corrupción en su doble vertiente: corrupción legal, esto es, pensamiento único y merma de libertades, y corrupción ilegal: la clase política exprime a la otra clase social, la única que queda: el conjunto de la ciudadanía. Occidente se está partiendo en dos mitades: administradores frente a administrados, no representación de los segundos por los primeros.
Las encuestas auguran una victoria de los republicanos y un varapalo para el progre Obama. Se confirmen o no, lo importante es que Sarah Palin habrá renovado la democracia americana y quién sabe si la democracia en el mundo. Todo depende de que surjan otros muchos Tea Party, por ejemplo en España. Algo extraordinariamente deseable.

Eulogio López 
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