Ahí está don Emilio, que no quiere saber nada de Endesa como accionista pero sí como financiador de accionistas. ¿Que José María Entrecanales necesita unos 6.500 millones de euros (es decir, más de 1 billón europeo de las antiguas pesetas, un millón de millones, algo que se tarda mucho tiempo en contar incluso en euros)? Pues se le otorga y ya está. Un favorazo al Gobierno Zapatero, que naturalmente, nada tiene que ver con la operación vespertina de la familia Entrecanales.
En este sentido, la vengativa de ayer del Ejecutivo Zapatero recuerda el viejo dicho del periodismo inglés: Ninguna noticia puede darse por cierta hasta que no es oficialmente desmentida por el número 10 de Downing Street. Pero nada que objetar a la conspiración zapateril: nuestro Ejecutivo ha hecho lo mismo que hizo el Gobierno de Gerhard Schröder: ¿abrir fronteras? Pues muy bien, las abrimos, pero antes forzamos a las muy privadas empresas alemanas, incluso a alguna pública, como Ruhr Gas, a fusionarse, a fin de conseguir una dimensión que las convierta en depredadoras, en lugar de víctimas. ¿No querían ustedes mercado, no odiaban ustedes los nacionalismos, no es Europa un solo país? Pues eso. La familia Entrecanales, privada donde las haya, ha decidido, fuera de mercado, comprar acciones de Endesa a mayor gloria del accionista y ofreciendo más que E.ON. Y financiada por el octavo banco del mundo, que casualmente es español. ¿Qué podría decir Bruselas? Nada absolutamente.
Por tanto, ¡tres hurras por los Entrecanales! Como ya hemos dicho, nada más lejos de una relación amistosa entre este periódico y el conglomerado constructor. En su día nos negaron a eso se le llama mentir- su interés por Endesa y el interés del Gobierno en que tuvieran interés por Endesa. Lo hicieron con malos modos y amenazas. Ahora bien, la operación no puede ser sino aplaudible. En su día aplaudimos la OPA de GN, aunque recordando que debería mejorarla. Ello nos valió desaforadas críticas, especialmente de la derecha, que se movía al grito de mejor un alemán que un catalán. Se nos acusó de nacionalistas (no sé si de nacionalistas económicos o de nacionalistas catalanes, aunque sospecho que de ambas cosas) y se nos expusieron los habituales argumentos liberales sobre el mercado único. La obsesión anticatalana era de tal calibre con el Estatut que se nos recordaba la diferencia existente entre 27,5 y 21,3 euros por acción. Ningún otro argumento contaba. Ni tan siquiera la necesidad de un país deficitario en energía de asegurar no sólo el suministro, sino, además, las grandes inversiones que precisa un sector tan estratégico como el energético.
Pues bien, seamos liberales: los Entrecanales han ofrecido 32 euros por acción, muy lejos de los 25,1 en que se había quedado la oferta de E.ON una vez deducidos los dividendos repartidos. En definitiva, José Manuel Entrecanales mejora en un 22% la oferta de Wulf Bernotat.
¿Y saben lo mejor? Que la oferta de los Entrecanales sigue siendo mínima. Endesa vale mucho más, y no está lejos de lo que el propio Entrecanales comentaba a los analistas en la mañana del martes. La verdad es que con las previsiones, que se están cumpliendo, de beneficio para el presente ejercicio, Endesa vale los 50 euros por acción.
Puede que E.ON reaccione, pero, aunque lo haga, y aunque finalmente gane la batalla, lo cierto es que no le habrá salido Endesa a precio de saldo, lo que siempre es de agradecer. Porque ya está bien de que el sino de España sea tener empresas cuanto más rentables más opables.
Por otro lado, la pugna entre GN y E.ON ha servido para mostrar otra vez el cainismo español. A lo mejor ahora aprendemos algo.