No será necesario destituir al equipo gestor.
La vicepresidenta Salgado ofreció este lunes algunos detalles sobre el Fondo de Reestructuración de Operaciones Bancarias (Frob). En realidad es Froc, porque hace referencia exclusiva a las cajas. La parte sustancial es que el Frob podrá adquirir cuotas participativas con derechos políticos de las cajas sin necesidad de destituir al equipo gestor. Un manguerazo que la propia vicepresidenta económica califica de razonable a pesar de las críticas de la AEB y del discurso del subgobernador Viñals en el sentido de que el proceso no saldría gratis a nadie.
Esta toma de control tendrá que ser temporal, pero no está fijado el plazo. Acabado el plazo, la única posibilidad es el regreso a las cajas, no la privatización. Al menos esa es la intención del Gobierno. Durante el tiempo en el que el Frob es propietario de esos títulos, la Ley de Cajas quedará en suspenso, y eso permitirá que el Frob pueda tomar decisiones saltándose el veto de las CCAA. Eso sí, Salgado matiza que siempre se hará en colaboración con las CCAA. Guiño a los catalanistas para que no se enfaden. Pero la pértiga al veto autonómico está ahí. Y la suspensión de la Ley de Cajas, también.
Más. ¿Quién es el Frob? Estará dotado de 9.000 millones de euros aportados por los fondos de garantía y el presupuesto. En realidad sumando los 4.500 millones del fondo de bancos y los 3.000 del fondo de cajas casi sumamos esa cuantía. Por eso los 9.000. No hay ninguna urgencia ni ningún cálculo. Y es que en realidad el Frob no es sino el Fondo de Garantía reforzado financieramente y con nuevos poderes. Pero la personalidad jurídica es análoga al Fondo de Garantía. Por eso, el Banco de España tendrá un pepel decisivo. Preponderante. Casi total. Por eso el PP -que no se fía de MAFO- reclama control político y parlamentario. No le vamos a dar un cheque en blanco, dice Montoro.
Lo que no queda explicado es qué criterios objetivos se utilizarán en aquellas entidades que sean intervenidas y en aquellas otras que no siendo intervenidas sean reforzadas en su capital y solvencia sin exigencia ninguna.
Por último: plazos. Aunque Salgado lleva insistiendo en los últimos días en que su voluntad es que esté aprobado en junio, ahora ya se conforma con que esté antes del verano. Es decir, en el plazo de mes y medio. Y es que las negociaciones con el PP no van bien. A ellos tampoco les parece razonable el manguerazo sin coste.