Son las dos cuestiones alegadas por Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE) para no comprar deuda española en el mercado secundario. Ni se lo permiten los estatutos del BCE ni sería bueno para la imagen del emisor monetario europeo.

 

Dos argumentos ciertos pero esquivos. Si el BCE quiere ayudar a la deuda española lo que tiene que hacer es prestar más dinero a los bancos para que estos compren deuda española. Y lo harán, no sólo porque las entidades realizan así un negocio de sopa boba (cogen dinero al 1 y lo invierten en una deuda que les proporciona el 4) sino que, además, para desgracia del pequeño empresario y de las familias están obligados a comprar esa deuda, que es la inversión bancaria que menos computa.

Por tanto, menos historias don Mario: si usted abre la manguera de dinero a los bancos bajará la prima de riesgo española.

¿Y esto es bueno? No, desde luego, el origen de la crisis está en el océano de liquidez en el que se mueve la economía mundial. Pero ya saben que lo urgente debe privar sobre lo importante.

En cualquier caso, no confunda señor Draghi.

Eulogio López

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