En plena transición, cuando todo el mundo quería hacer periódicos de centro izquierda, profundamente renovadores, vanguardistas, acompañados de regalos y nuevo periodismo, el que fuera histórico director de Europa Press, Antonio Herrero, no cesaba de repetir: El día en que alguien se decida a hacer un periódico se forra. Quería decir con ello que la prensa empezaba a vender de todo, salvo información. El martes 18, salía a la calle el primer número del diario Qué!, el gratuito del Grupo Recoletos, que se suponía iba a elevar el bajísimo nivel de la exitosa prensa gratuita, representada especialmente por 20 Minutos y Metro. Hoy, la prensa gratuita española (controlada por grupos escandinavos) es menos anaranjado que amarrillo, información local y de servicios, tratamiento de grandes titulares y escaso contenido, maquetación de tabloide sensacionalista británico y ningún análisis. Internacional y economía, lo mínimo. Opinión: sólo zapatillas.
Lo sorprendente es que Recoletos haya optado por algo muy similar. Por ejemplo, su titular de portada, en el número uno, es el siguiente: Las mujeres cobran mucho menos. Subtítulo en color: Un 34,7% de discriminación. Todos los periodistas económicos saben que ese es un titular tan recurrente como falso. Es cierto que las mujeres cobran menos, entre otras cosas porque su incorporación al mundo laboral es más tardía, por lo que no les ha dado tiempo a alcanzar el mismo nivel retributivo que el hombre. Pero un oficial administrativo cobra lo mismo que una oficial administrativo, entre otras cosas porque las empresas, por la cuenta que les trae, se atienen a un convenio, que es la mejor forma de pagar lo menos posible... a ellos y ellas. Puede haber excepciones, pero son eso : excepciones, carne de juzgado.
Todo eso lo saben muy bien en la empresa que edita el diario económico más vendido de España, pero, al parecer, no interesa. La gran esperanza de Recoletos es... más de lo mismo. Una levísima mejoría respecto a la demagogia progre de Metro y 20 Minutos, especialmente del primero, y nada más.
En cualquier caso, el nacimiento de Qué! (por cierto, en castellano el admirativo se abre y se cierra, no sólo se cierra) ha acentuado la tendencia de los periódicos de pago para regalar o vender cualquier cosa: colecciones, DVD, muñecos, monedas, sellos, etc. Cualquier cosa, menos información. Es el canto del cisne de la prensa de pago, porque todos los gestores saben que el coste de esos suplementos extrainformativos no se puede mantener en el tiempo.
Cualquier día va a surgir un periódico de papel que sólo se dedique a la información y nos vamos a asustar.