¿Qué hace bueno el diagnóstico de un médico? ¿Qué hace buena la decisión de un árbitro o la sentencia de un juez? Decir la verdad.
Pues eso es lo que denuncia la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española sobre el anteproyecto de ley de aborto que el Gobierno tiene a trámite.
¿Es que alguien en el PSOE esperaba otra cosa de la Iglesia Católica?, quizás alguno había soñado una actitud de "silencio que otorga", o una "democrática libertad de voto" o incluso que la Conferencia Episcopal se animara a pedir a los católicos que votaran con el Gobierno socialista para convertir el aborto en derecho, que hasta el momento es delito despenalizado... ¿Cabe algo de esto en cabeza mínimamente racional?
José Blanco, que sigue definiéndose como católico, ha afirmado de hipócritas a quienes critican la proyectada ley del aborto socialista. ¿No serán hipócritas los que se definen como católicos y no defienden la vida?
A la ministra de Economía, Elena Salgado, también le ha faltado tiempo para decir que los obispos como siempre no saben cuál es su lugar. Sabe que le digo con todo mi respeto señora Salgado, que la que no sabe cuál es su lugar es usted. La ministra de Economía debe ocuparse del futuro económico de nuestro país, cosa que está demostrando le importa muy poco, ni tiene idea de lo que hace.
Mientras que los obispos están para defender con valentía y con firmeza la doctrina social de la Iglesia, que no es un invento humano porque fue fundada por Jesucristo.
A veces se dice que la Iglesia quiere imponer, pero no es verdad. Quien tiene la capacidad de imponer es quien tiene la capacidad de legislar Así ha respondido Monseñor Juan Antonio Martínez Camino.
El aborto no es ni puede ser nunca un derecho. Lo que es un derecho es el derecho a la vida y esto es lo que propone la Iglesia.
Rita Villena
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