Un lector de Hispanidad me pide que explique un poco más mi sucinto y poco armado artículo sobre las dos alternativas que le han surgido al PP: los veteranos CTC, AES y FyV, unidos en coalición para las europeas y VOX, el nuevo partido de un ex ministro de UCD, Ignacio Camuñas, de Ortega Lara, icono del sufrimiento causado por el terrorismo vasco y Santiago Abascal, ex PP de la fundación Denaes, así como un hombre que no conviene olvidar, González Quirós, filósofo de cabeza clara y pluma firme.
Mi tesis es que los firmanes del manifiesto por los valores no negociables (Familia y Vida -FyV- Alternativa Española -AES- y Comunión Tradicionalista y Carlista -CTC-) deberían ir juntos a las elecciones junto a VOX. Y no sólo eso, sino que deberán mantener como prioridad fichar a líderes desencantados del PP, del centro-reformismo de Rajoy.
Y cuando estábamos en estas aparece el artículo de Esperanza Aguirre en el ABC, lamentando que el secuestrado por ETA, José Antonio Ortega Lara, haya tenido que buscar su alternativa en VOX, esto es, fuera del PP.
La cosa ha empezado a hervir y ya hay militantes del PP de Madrid que se han apuntado a VOX. Y, naturalmente, ha surgido el rumor: Esperanza Aguirre (en la imagen), que ya sólo está en el partido pero no en el Gobierno pepero, ¿podría lanzarse, integrarse en VOX, dado que Rajoy no la quiere en el PP
Yo no lo veo, pero lo contemplo. Los políticos profesionales, y Aguirre lo es, no le gusta apostar a otra cosa que a los de siempre. Pero eso no quita que haya gente desencantada con la deriva de Rajoy, convertido en centro reformismo puro, con un Gobierno que no gobierna, porque ha abjurado de sus principios y se dedica a gestionar la economía. Y no con sobresaliente, por cierto. Pero un Gobierno nunca puede ser un 'gestierno'.
Con otros líderes del PP, que aportarían el conocimiento que de ellos tiene la opinión pública, como Mayor Oreja, digo lo mismo: que se unan el Tripartito con VOX y que se sume a líderes del PP.
Miren ustedes, el tripartito del Manifiesto aporta a la coalición la clave: los principios no negociables: vida, familia, libertad de enseñanza y bien común. Y, además, una crítica acerada a la actual deriva de la Unión Europea, aunque me gustaría que no cayeran en el euroescepticismo. La Unión Europea es un buen proyecto que anda por mal camino. Reconduzcámoslo.
VOX es más política, más preocupada por las deserciones del PP, para quien sólo existe la economía y quizás excesivamente centralista: me gustaría que recondujera esa situación. Al Estado autonómico le ocurre lo que a Europa: es un buen proyecto que se ha salido del camino. No hay que anularla, hay que reformarla. Sobre todo, hay que reducir el tamaño del Estado en pro de la libertad del individuo.
Pero con las barreras de entrada al sistema que ha propalado una casta política apoltronada desde la Transición, para triunfar en política en España no sólo se necesitan ideas sino también líderes reconocidos por el electorado. Esperanza Aguirre es uno de esos líderes y aunque su vergonzosa política de financiación del aborto en centros públicos, mientras fue presidenta de la Comunidad de Madrid, resultó repugnante, es una persona que podría apoyar el derecho a la vida. Lo mismo hay que decir de Jaime Mayor Oreja, que silenció el derecho a la vida durante su participación en el Gobierno Aznar pero que le creo honradamente arrepentido de ello.
Porque esa coalición, con esas incorporaciones, sí podría tener posibilidades de éxito electoral. Podrían convertirse en otro UPyD, pero no con el jacobinismo cristófobo de Rosa Díez y Fernando Savater, sino desde unos principios cristianos, lo de los valores no negociables. El voto católico podría tener reticencias ante una Esperanza Aguirre o incluso ante un VOX, pero no ante el Tripartito. El voto más conservador o liberal podría albergar reticencias frente a AES o CTC, pero no ante VOX.
Quizás me precipito, pero las precipitaciones ideológicas de hoy suelen ser las opciones políticas de mañana.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com