Sr. Director:
He aquí una de las razones para que los precios mantengan una tendencia a la baja (-1,4) que alcanza ya dimensiones preocupantes en la medida en que responde a una fuerte contracción de la demanda.

Los posibles compradores se lo piensan dos o más veces y las familias con menor poder adquisitivo hacen incluso un esfuerzo suplementario de ahorro con el fin de asegurar a medio plazo un mínimo vital. Nadie parece confiar en las promesas del Gobierno sobre ayudas excepcionales o en previsiones optimistas sin ningún fundamento. En definitiva, la caída del consumo en un 3,6 por ciento durante el periodo de referencia es la causa de un incremento del ahorro que el Ejecutivo debería analizar en términos realistas. La gente hace de la necesidad virtud, porque nadie confía en un equipo económico desbordado por las circunstancias y mucho menos en un presidente del Gobierno cuyas promesas suenan a retórica sin contenido para la gran mayoría de los españoles. En este contexto, un dato en apariencia positivo (-0,9 del IPC en Julio) se transforma en un síntoma de la percepción muy negativa que tienen las familias sobre sus posibilidades de salir adelante en los próximos tiempos.

Xus D. Madrid

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