- Con la reforma energética al fondo, el enfado presidencial es mayor con Montoro, que ha colocado a su cuñado en Loterías y cuyo hermano sigue trabajando para Abengoa, líder de la Triple A.
- Los Benjumea han montado en Abengoa un verdadero lobby de presión sobre el ejecutivo, sea socialista o popular.
- Rajoy también está cabreado con Soria por airear en público sus diferencias con el titular de Hacienda, acerca de la 'reforma de las chispas'.
- Por de pronto, será difícil que se apruebe en el próximo Consejo de Ministros.
- Mientras, la patronal de la fotovoltaica también amenaza al Gobierno con querellas.
- ¿Y de la reforma, propiamente dicha, qué? Pues que todas las energías serán penadas, pero el actual esquema de primas a las renovables apenas se tocará. Fernando Marti se queda solo.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se negó a tomar la decisión sobre la siempre retrasada reforma energética. Quiere que el papel del Ministerio de Industria llegue a la Comisión Delegada -de donde se retiró-, consensuado con el Departamento de Hacienda.
Y entonces van los dos ministros, Cristóbal Montoro (en la imagen) y José Manuel Soria, y se enzarzan en público sobre la autoría de la misma. Soria, cabreado a lo canario –en frío pero con carga de profundidad- le recuerda a Montoro que ya ha perdido batallas en materia de impuestos y que, además, esto no es una reforma fiscal, aunque lo parezca, sino una reforma energética.
De hecho, si de reforma hablamos, lo peor es que el hombre que más sentido común ha impuesto en la materia, el secretario de Estado de Energía, Fernando Marti, quien pretendía centrar la reducción del déficit en la reducción de primas a las renovables y no en nuevos impuestos para todas las energías, ha quedado relegado antes de lo que ya no es una lucha económica, sino política. Y Marti no es un político, es un técnico con las ideas claras.
Y es que el problema más grave para Rajoy es que su titular de Hacienda, Montoro, se convierta en un escándalo público. Por la red y por la prensa ya empiezan a circular las relaciones con Abengoa -líder en energía termosolar-, del hermano de Cristóbal Montoro, Ricardo, y de Ricardo Martínez Rico, hermano de su jefe de Gabinete. Ambos llevan la asesoría Equipo Económico -donde también trabajó el titular de Hacienda-, que cobra de Abengoa.
Y es que Felipe Benjumea, líder de la ingeniera andaluza, ha montado un verdadero lobby de presión sobre el ejecutivo, especialmente a través de su consejo asesor. Allí estuvo también, durante la era Zapatero, un hermano del ministro Miguel Sebastián, Carlos. Cuando dejó de interesar, es decir, cuando el PP subió al poder, se libraron de él.
Y ojo, porque Montoro tiene otra cola para pisar: la presencia de su cuñado, José Miguel Martínez, presidente de Loterías del Estado, organismo clave para avalar el déficit autonómico y pieza fundamental ante su posible privatización. Y Martínez es un tipo polémico.
Mientras, los jetas de la fotovoltaica, los que más subvenciones públicas han recibido, amenazan al Gobierno con querellas, siguiendo los pasos de Luis Delso, su líder, quien ya ha puesto en berlina a su propio país ante los tribunales internacionales.
Para mí que esta reforma no se va a aprobar en el próximo Consejo, aunque la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ya ha llamado al orden a Montoro y a Soria.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com