Lo del molt honorable es la eficacia. Como respeta a los que no se levantaron en el hemiciclo para rendir un homenaje a Juan Pablo II, tampoco debió de entender muy bien qué hacía un hombre como él en un funeral como ese. Así que decidio llevarse los deberes para ir ganando tiempo. Y así, en el cóctel de recepción en la embajada española ante la Santa Sede, cogió a Zapatero por banda y le dio una teórica de financiación autonómica. Eso es saber gestionar los tiempos y tener el don de la oportunidad.
A ZP no le sentó demasiado bien. Pero, le sentó todavía peor que los españoles congregados bajo el balcón de la embajada le abuchearan mientras aplaudían a SSMM los Reyes y al líder de la oposición, Mariano Rajoy. Eran unos impresentables dicen que dijo. Pues eso.