Sr. Director:

Todo aquello de lo que pueda acusarte cualquier miembro del “gobierno de juguete” que padecemos, será siempre una cualidad de la que ellos gozan.  Por ejemplo, si no les halagas, serás blanco de sus críticas y recibirás calificativos como ultra, facha, intoxicador, máquina de fango, etc., cualidades de las que son maestros y pretenden envolver con ellas al crítico que se pronuncie en la verdad.

Afirma Miguel Bernard de Manos Limpias que Pedro Sánchez caerá con las denuncias por corrupción que están presentando ellos. Lamento contradecir a este señor afirmando que fray Mentiras no caerá; él tiene una ocupación bastante más prioritaria que gobernar y es la de afianzarse en el poder, aún a costa de acabar con España, controlando todas las Instituciones del Estado que le puedan servir de escudo para evitar que le delaten del fango que arrastra, la justicia, los medios de comunicación, el CIS y tantas otras que ya tiene a su servicio.

Si este gobierno quisiera parecerse a uno de “verdad” y no al de “juguete” que ahora es, debería tomar ciertas medidas contrarias a las que ahora le ocupan: Acabar con la crispación y no, como ahora hace, promoverla. Regenerar la democracia, en vez de acabar con ella. Impedir las crisis diplomáticas, cesando a los ministros que las provoquen. Comportarse siempre con la verdad y olvidarse de tantas mentiras. Cesar a los ministros que no funcionen y que se dedican  sólo al insulto.

Es preciso aclarar que la democracia está en riesgo o, casi se puede afirmar que, Pedro I el Mentiroso, ha terminado con ella. Por otro lado sabemos que en cualquier País democrático, si el Presidente miente al pueblo, debe cesar automáticamente y, fijaos en el nuestro, no nos ha dicho nunca una sola verdad. ¿Nos merecemos esto?