Hace unos días al llegar mi sobrino de seis años del colegio, se acercó a su madre y le dijo con toda la sencillez de un niño: Mamá, ¿te digo una cosa? Soy gay. Su madre medio sorprendida, medio asustada le preguntó que por qué decía eso. La contestación fue: En el colegio yo soy muy amigo de Fernando y siempre jugamos al fútbol. Entonces una niña de mi clase ha venido y me ha dicho que soy gay. A continuación su madre tuvo que explicarle lo que quizás otro niños no tienen quién les aclare, lo cual les llevará a tener conflictos de personalidad y ser infelices.
¡Qué malos son los responsables de todo esto!
Quisiera, al contar lo anterior, animar a la gente a movilizarse por los más fundamentales valores que protegen a la familia y a los niños, asistiendo a la manifestación del 18-J en Madrid.
Isabel Durán
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