Ocurrió durante la pasada Fiesta de San Isidro. Un diestro tenía problemas para matar a su adversario, mientras le pinchaba una y otra vez. El espectáculo no resultaba muy espectacular, hasta que se oyó un bocinazo desde le tendido 7:
-¡Que venga el doctor Montes!
El famoso cirujano del servicio de Urgencias del Hospital de Leganés, acusado de sedaciones excesivas de paciente con resultado de muerte, se convertía así en un verdadero triunfador de la Feria. Era él, en efecto, el único capaz de acabar con el toro bravo y sin estocadas ni puntillas.