Emilio Botín (en la imagen) asegura que no piensa en jubilarse, dado que cada vez se divierte más trabajando y cada vez trabaja menos. Son dos razones de peso, sin duda, y además, yo que soy un poco más rico que Botín tampoco quiero jubilarme. Me apetece morirme trabajando dado que me gusta mi trabajo. En lo único que discrepo con don Emilio es que yo cada día no trabajo menos, sino más. Debe ser que cada vez rindo menos o por mi condición de autónomo.

En cualquier caso, Botín cumplirá 80 años en octubre y no piensa retirarse. Tras una temporada donde las fuerzas vivas chillaban por un cambio generacional en la gran empresa española, ahora resulta que los aludidos sacan pecho y dicen que no, que no piensan irse.

Hablo del presidente del Santander pero también de los del BBVA, Caixabank, Telefónica, etc. No soy un fan de la juventud, o sea que a lo mejor estoy de acuerdo en que mientras alguien tenga la cabeza fresca debe seguir al frente del entramado. Ahora bien, si el poder absoluto corrompe de forma absoluta el poder permanente corrompe de forma permanente.

La limitación de mandatos es clave en política. ¿Y en economía Se me podrá decir que la empresa se rige, o debe regirse, por la propiedad privada y que un propietario no debe retirarse nunca de la administración de su propiedad. Acepto el matiz. Ahora bien, ¿estamos hablando de propietarios privados o de tecno estructuras de gestores Porque don Emilio no es el propietario sino de una parte diminuta de las acciones del Banco Santander.

La respuesta no es sencilla pero, en cualquier caso, don Emilio, si usted no quiere retirarse, ¿qué es lo que le ha enviado al Banco de España, que ha exigido a todas las entidades ¿Que se le haga llegar el esquema de sucesión prevista en el caso de accidente o fallecimiento sin que, se lo aseguro, señor Botín, le desee ninguna de estas posibilidades

Eulogio López

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