El PIB norteamericano durante el primer trimestre se situó, en tasa anualizada, en el 1.6%, muy lejos del 2,5% previsto por los expertos. Encima, la inflación en el país de los gringos también se despendola de nuevo. De esta forma, Jerome Powell sigue enfriando las expectativas de bajada de tipos y alguno de sus colegas de la Reserva Federal amenazan, incluso, con subidas. 

Insistimos: la economía del siglo XXI está lastrada por la aprehensión a la producción. El mandamiento primero de la actual sociedad, trufada por el castrante ecología, la ideología de moda, consiste en reducir la producción de bines y servicios. Nos obligan a consumir menos para producir menos... con el noble objetivo de que el planeta no sufra. 

Lo cierto es que el planeta continúa sufriendo lo mismo pero lo llamativo es que la reducción de la producción es lo que está provocando en Estados Unidos y, sobre todo, en Europa, aún más afectados por el virus verde, la inflación. No es el bajísimo precio del dinero el que ha provocado inflación sino la castración ecológica de todo el aparato productivo, lo que provoca, en correcta aplicación de la ley de la oferta y la demanda, que cada día produzcamos menos y, en consecuencia, nuestra inflación se convierta en estructural.

El virus se expande por todo Occidente, con una excepción: China.

A lo mejor no hay que cambiar de economía, sino de filosofía.