Sr. Director:
La Región Autónoma de Xinjiang, habitada por los Uigures, minoria musulmana, y por los colonos chinos Han enviados por Pekín, parece sufrir un conato de rebelión contra el dominio han-chino.

Todo comenzó tras la muerte de dos lugareños a manos de dos Han, y las protestas posteriores ante la actitud de las autoridades. La represión de las manifestaciones ha costado ya la vida a casi 200 personas. Mucho se hablará ahora sobre los Uigures, pero el destino de este pueblo no es otro que el exterminio o su asimilación cultural a la China Han, al igual que ocurre u ocurrirá con las regiones autónomas del Tíbet y de Mongolia Interior, y es que los intereses de las grandes potencias y los juegos de poder pesan mas que el sino de un pueblo. Sé que suena un tanto amoral pero a veces la elección del mal menor puede que sea más beneficioso para la humanidad, por ejemplo en el caso de Chechenia, si EEUU y otras potencias se hubieran opuesto de forma drástica a la política represiva de Moscú en esta región. Hoy no se habría llegado al acuerdo de reducción de armamento nuclear alcanzado esta semana por Obama y Medevev,  gracias al cual el mundo estará más seguro. Así las cosas quizá las relaciones comerciales y la estabilidad regional o porqué no decirlo, la hipocresía moral, dan vía libre de nuevo a una gran potencia al exterminio de una minoría reacia a ser asimilada, ¿pero qué se puede esperar de un mundo en el que la presentación de un jugador de fútbol atrae la atención de miles de personas, mientras que la vulneración de los Derechos Humanos en China no preocupa mas que  a unas decenas de organizaciones humanitarias?

Jorge Ipiña Pando

kidon12@hotmail.com