Las cuentas del Estado van muy bien. Según el informe de Ejecución presupuestaria del ministerio de Economía y Hacienda, el Estado registró un superávit de 10.673 millones de euros hasta el mes de julio, lo que representa un 11,1% del PIB. Las cifras representan una mejora del 52,9% respecto a las mismas presentadas hace un año. Como decía el anterior secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, el dato a julio no significa mucho, porque todavía queda mucho año y muchos pagos que hacer. Pero sí que parece apuntar una tendencia. Y si que parece que ahora sí que se puede garantizar a julio que el ejercicio finalizara en superávit en las cuentas de la administración central, aunque sea débil.
Los buenos datos, explican en Hacienda, obedecen a la buena marcha de la recaudación impositiva. Por IRPF se ha recaudado un 13,9% más que hace un año y en sociedades un 27,4% más. El dato apunta al margen existente por parte del gobierno para afrontar una reforma del impuesto de sociedades mucho más decidida y valiente. Aquello que planteó Solbes de que sería una más una reforma que una rebaja no parece tener demasiado sentido cuando las cosas marchan tan bien.
Según el acuerdo alcanzado con CiU para la reforma del impuesto de sociedades, el tipo de las pymes se verá recortado al 25% a partir del próximo 1 de enero, mientras que el general se quedará en el 30%. El debate ahora se centra en si el gobierno mantendrá las deducciones fiscales o más bien tirará por la calle de en medio para que el resultado final sea lo comido por lo servido.